Artículo de Rafael Carvajal Ramos. Escalera del Éxito 177

Podría comenzar este artículo nominándolo como historia de una amistad. Manuel Rodríguez «Manolete» era, como cantó Jorge Manrique, amigo de sus amigos. y no necesitó mucho tiempo para cementar unos lazos que no se rompieron hasta que Islero los separó en Linares. La unidad afectiva entre el de Córdoba y el mexicano Carlos Arruza se vio extendida a otro azteca que se llamó, para gloria de la tauromaquia, Luís Procuna. Ambos toreros coincidieron en los ruedos en nueve ocasiones. Para los amantes de las estadísticas les voy a repasar estas coincidencias: León de los Aldamas, 28-1-1946, en donde actuaron ambos junto a Ricardo Torres, Gitanillo de Triana, Antonio Velásquez y Eugenio Femández «Angelete» con reses de Xajay; México, 5-2-1946 con Luís Castro «El Soldado» formando tema y reses de San Mateo; de nuevo en México el 17 del mismo mes junto a Pepe Luís Vázquez, con reses de Coaxamalucán; en Torreón (Méx), con Fermín Rivera y ganado de Carlos Cuevas, el 20-2; Nuevo Laredo (Méx), el 21-2 Y Antonio Velásquez en la lidia de reses de La Punta; nuevamente en México el 26-2 junto a Rafael Perea «Boni» y reses de Torrecillas; saltan a Lima (perú) el 12-10 del mismo año, con Alejandro Montani para torear reses de La Punta; vuelven a torear en Lima el 13-10 junto a Armillita Chico y reses de Matancillas/Zotoluca, y por última vez en Aguascalientes (Méx) el 5-2-1947, formando cartel con Manuel Jiménez «Chicuelín» y reses de Peñuelas en el ruedo.

Procuna, que nació en México el 23 de Julio de 1923, fue, sin duda, un torero desigual que no se avino a términos medios. Y no porque sus triunfos fueran infrecuentes. La prensa especializada le adjudicó en el año 1995, año de su fallecimiento, el latiguillo de ser un torero de fracasos sonados, pero pocos, y de triunfos menos sonados, pero muchos. Original, barroco, variado, magistral en el toreo por alto y pinturero hasta el exceso. Con su personalidad, virtudes y defectos, es uno de los toreros Que más profundamente caló en el corazón mexicano. Y también en el ánimo del cordobés.

El 3 de Noviembre de 1946, Procuna conoció la gloria en la plaza peruana de Acho, hasta el punto de lograr una pata del astado que le llevó al triunfo, cosa insólita en la plaza más antigua del Nuevo Continente, en la que, como homenaje al bravo torero mexicano, figura desde entonces su busto en bronce en la Puerta Grande. Manolete no tuvo otro modo de mostrar al amigo su pláceme, que regalándole un estoque muy especial.

El arma fue encargada a la Real Fábrica de Armas de Toledo, y fue realizada por el maestro M. Moragón. Es una obra de inusitada belleza realizada en acero. La empuñadura está recubierta de damasquinado de oro y plata en diseño floral y animales fantásticos. En un escudo figuran las iniciales superpuestas LP, de Luís Procuna. La hoja está grabada en su totalidad con roleos incisos en oro y una dedicatoria singular. En la parte de muerte de la hoja, o haz, se lee: «A Luís Pro cuna Montes con amistad ­Manuel Rodríguez Sánchez- «Manolete», y en la parte inferior, o punta: «En recuerdo de su tarde triunfal en la Feria de Acho 3-11-1946». La parte posterior o envés va enteramente recubierta con roleos incisos en oro que centra una canela rodeada de animales fantásticos en la que figura el nombre del autor «M. Moragón. Toledo».

La funda es de cuero con cantoneras (embocadura y regatón) de acero damasquinado s en oro y plata con idéntico diseño nielado de la hoja. El todo va en una caja de madera noble y forro interno de piel con hueco emplantillado para alojar el estoque, y cierres laterales.

Conviene hacer notar que la Plaza de Acho es contemporánea a la Real Maestranza de Ronda (S. XVIII) Y más antigua que la Real Maestranza de Sevilla en unos años, según se recoge en «La Gaceta de Lima» del 3-12-1762. Fue construida el año 1766, aunque antes, y en el mismo lugar, existió una plaza desarmable llamada «de Otero». Pero no fue hasta 1816 en que se generalizaron los grandes festejos taurinos en Acho, cuando un decreto del Virrey Pezuela prohibió la celebración de dichos festejos en la Plaza Mayor de Lima. La actual plaza es la consecuencia de una remodelación que sufrió la primitiva a mediados del S. XX, cuando se redujo el ruedo de 90m. a 54m.; se ahondó el piso del redondel y se suprimieron los «cuartos» o palcos a nivel del ruedo, y con ello se ampliaron los tendidos y se introdujo la barrera continua y el callejón, y aumentó el aforo de 5.000 a 14.000 espectadores.

Volviendo al asunto del estoque, éste pasó por varias manos en propiedad, pasando por pertenecer a coleccionistas de México, Uruguay y Ecuador. El año 2006 volvió a Córdoba para ofrecerlo al Museo Taurino cordobés. Pero al no llegarse a un acuerdo para si adquisición, volvió a seguir su ruta de desaparecido. ¿Dónde se encuentra en la actualidad ese lazo de eterna amistad?