En este difícil, a veces controversial mundo del toro, existen algunos que exigen más de lo debido sin conocer a fondo lo de la Tauromaquia, ponen y quitan con sus habladurías a quienes hacen vida profesional en el mundo del toro, se las dan que saben mucho del lío del toro, desmenuzan a sus anchas malsanas, son los menos que aportan un granito de arena para el engrandecimiento de nuestra Fiesta Brava.

 

Son los arroceros de oficio que los observamos y escuchamos donde no son bien recibidos ni han sido invitados, asomados de oscura imagen, que nada ven bien en una Feria Taurina, deshojan malsanamente todo lo que tenga que ver con el toro pues solo lo mejor y productivo es lo que ellos dicen con mal vocabulario.

 

Los arroceros de oficio no pierden el tiempo para mal poner y destruir a cualquiera en nuestra Fiesta Brava, usan su presencia, su mala palabra para desfigurar la imagen de un torero, Empresa Taurina, Ganadería de lidia, vaticinando como «pájaros de mal agüero» el fracaso de cualquier organización y espectáculo taurino sin importarles a quien se llevan por delante con su mal proceder.

 

En Venezuela hay cada caso de estos arroceros de lo taurino que vemos siempre, estarán en sus andanzas por San Pedro del Río, La Grita, Táriba, San Cristóbal del Estado Táchira; por Tucaní, Tovar, Zea, Mérida del Estado Mérida; Maracay en el Estado Aragua, Tucupido y El Sombrero del Estado Guárico; Valencia en el Estado Carabobo; Maracaibo en el Estado Zulia, en cualquier Feria Taurina se dé en el país, elementos de mal oficio que deben ser barridos «con escoba de bruja» de nuestra Fiesta Brava.