Ni modo, es un hecho, no es la primera vez que lo digo y escribo. La Fiesta Brava en Venezuela no tiene dolientes por ningún lado.

Fue suspendida la semana pasada, la Feria Patronal Taurina de Valencia, Estado Carabobo y ahora, se recibe un nuevo zarpazo letal, con la suspensión de la corrida de toros organizada por el XIII Aniversario de creación del CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) que se daría en la Plaza de Toros de San Cristóbal, Estado Táchira y los taurinos venezolanos, como si nada hubiese pasado, todos callados, tapados, en un silencio sepulcral.

Lo que ha sucedido con el ciclo taurino de la Feria del Socorro de Valencia en el Estado Carabobo, indistintamente, sea cual fuesen las causas y razones de la suspensión, que de paso no conocemos a ciencia cierta, porque nadie de los involucrados, han dado la cara al respecto, ha caído en un verdadero secreto de confesión, en un frío y tétrico, silencio sepulcral, que desquebraja nuestra Fiesta Brava.

Tal es, el silencio sepulcral, que ni pío han dicho, los gremios taurinos que tienen vida en Venezuela, entre ellos, los que agrupan a los matadores de toros y novilleros, subalternos y picadores, ni la Asociación de Comunicadores Taurinos, ni la de los ganaderos de lidia, bueno ni siquiera, los matadores de toros venezolanos, los más perjudicados, que actuarían en las cuatro corridas de toros de la feria valenciana y en la corrida sancristoblense; solo a duras penas, se han pronunciado, uno que otro periodista, cronista, comentarista taurino y más ná, silencio total.

Alguien por allí me dijo tranquilo nos vamos para la Feria de La Chinita, allá matamos la gana de toros pero no es tan simple la cuestión. Lo de Valencia, aunque quieran taparlo con un dedo, con un silencio sepulcral, es de pensarlo y reflexionarlo muy bien, porque ello traerá cola para las futuras Ferias Taurinas Venezolanas, no exagero, ni pretendo ser pájaro de mal aguero, a las pruebas me remito.

Lo de Valencia, ha sido un fuerte toque de diana, un aviso directo, preciso y conciso y en sus efectos, las cosas empresariales de las futuras ferias taurinas venezolanas, tendrán que ser sopesadas muy bien, arroparse hasta donde la cobija alcance, no darse ínfulas de grandeza donde no la hay ni se necesita que las haya, una realidad tan verdadera, como que el sol sale cada día.

Venezuela tiene ganaderías, novilleros, matadores de toros, escuelas taurinas, entonces, consumamos lo nuestro primero, segundo tercero, cuarto e indefinidamente lo nuestro, el resto viene dado sobre la base sopesada, ante la dura coyuntura socio, política, económica que se vive en el país; se ha llegado al llegadero, hay que pensársela bien, con la cabeza bien puesta sobre los hombros, ya que no podemos nosotros mismos, incluidos todos en general, apoyados solapadamente por nuestros adversarios, ser los sepultureros de nuestra Fiesta Brava Venezolana, por lo que este silencio sepulcral, taurinos venezolanos, de que mata….mata, ¿dejaremos que ello suceda?.