Me pareció una falta de respeto con la afición,  que al final es quien se retrata en taquilla,  que se haya anunciado a Francisco Rivera Ordóñez y sea sustituido por otro torero, el también español Sergio Marín,  quien no calza el rango ni la categoría del primogénito del difunto Paquirri, aparte de ser un ilustre desconocido por estos lares… pero lo peor aún no había llegado : Sergio Marín  no pudo actuar porque según cierto sindicato taurino no tenía visa de trabajo en Venezuela;  así las cosas el «festival» quedó conformado por el nombrado rejoneador Francisco Javier Rodríguez y los matadores Otto Rodríguez y Ramsés Ruíz.
 
Abrió plaza nuestro jovencísimo rejoneador Francisco Javier Rodríguez ataviado al más puro estilo campero andaluz, le correspondió el novillo «Cosechado» de nombre, número 16 y con 290 kgs de peso de la ganadería Santa Fé. Novillo de bonitas hechuras, caribello y eso sí muy encastado pero muy diminuto de proporciones,  lo cual suplió con la bravura que traía en sus genes. Inició faena Francisco Javier con los rejones de castigo los cuales colocó con gracia y elegancia, muy entonado con las farpas las cuales puso  a una y dos manos,  se hizo sentir ante el público que coreaba su actuación pero al fallar con el rejón de muerte perdió lo que presumo pudo haber sido un apéndice auricular; el público le exigió la vuelta al redondel,  la cual dío en medio de cálidos y nutridos aplausos.
 
Otto Rodríguez:   Le correspondió en suerte en su primero de lidia ordinaria el novillo «Profesor» número 92, negro bragado y con 330 kgs de peso.
Como de un festival se trataba salió Otto ataviado de Liqui Liqui negro sombrero Pelo é guama muy a lo venezolano, inició faena con preciosos delantales, sendas verónicas de manos bajas y remata con media de excelente corte. Con la muleta logró hilvanar buenas tandas de derechazos y circulares, toreando al natural realmente estuvo bien con mucha enjundia y sentimiento; si algo hay que criticarle constructivamente a Otto es lo económico que ha sido en las tandas (muy cortas) a pesar de que la faena fue extensa, tomó el estoque de muerte y llegó a fallar en dúo de veces y a la tercera despenó  al novillo – División de opiniones.
Con el segundo de nombre “Despierto”, con el guarismo 89 en su costillar, negro de capa y con 368 kgs de peso bruto (y que debía haber sido lidiado por Rivera Ordóñez,  o en su defecto por Sergio Marín) comenzó faena por derechazos pero sin entregarse como debe ser, a ratos paraba ,templaba y mandaba como dicta la ortodoxia taurina pero de una manera intermitente, razón esta para que el público no se le haya entregado de una manera total, va por uvas y deja una estocada que hace doblar al de Santa Fé, el público pide mayoritariamente la oreja que Usía concede benévolamente.
 
Ramsés Ruíz : Con el primero que le tocó lidiar,  de nombre «Cristalino», número 97, jabonero y con 380 kgs de masa corpórea,  debutó sus trasteo con la derecha, mano que por cierto usa en demasía, (evitando el toreo con la zurda o zocata que es la mano con la que realmente llega el Parné) no logra acoplarse a las acometidas del burel que a mi humilde entender necesitaba ser domeñado y lidiado para luego relajarse y entregarse con él en dulce idilio,  cosa que no sucedió porque no hubo esa entrega que debe haber entre toro y torero, habrá que verle nuevamente a Ramsés Ruíz porque ¡Eso sí! hechuras y andares de torero vaya que le sobran  – Silencio.

 

 

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Desde Valencia (Vzla.), informa Gilberto J. Álvarez