No encuentro la palabra adecuada para catalogar de manera decente, aunque no se lo merecen, a estos zarrapastrosos que se han congraciado con la trágica desaparición física del matador de toros Victor Barrio, que aún conmueve al mundo taurino, que sí bien diría mi difunta madre le tocaba el día, que mejor homenaje que siempre recordar, se ha ido a la inmortalidad portando la corona de laureles de la gloria taurina.

Estos zarrapastrosos de baja calaña, pobres de mente y espíritu, cuya mente no les da para más, seguro estoy tendrán el castigo que se merecen del Todopoderoso; da asco pensar que existen, no merecen respeto alguno pues han irrespetado la gallardía, valor, entrega, pasión, afición, profesión, de un ser humano que entregó su vida ejerciendo lo que gustaba, el Arte de La Tauromaquia, como bien pudiera sucederle en un momento dado, a cualquiera de otra rama profesional.

No podía quedarme con esto por dentro, con mi repulsa a esos zarrapastrosos de baja calaña y perdonen uds. si me he salido de mis casillas pero es que no cabe otra reacción ante vil comportamiento que no es propio de seres humanos, sí es que podemos considerarlos como tal.

Victor Barrio torea en la eternidad del reino celestial, disfrutando de la bien ganada inmortalidad taurina y olé. Paz a sus restos.