El 3 de septiembre de 1972
A pesar que tras el doctorado recondujo su vida por otros derroteros ajenos al mundo taurino, nunca ha dejado de ser un aficionado cabal y entendido.
Pocas veces ha faltado a la cita en la plaza de su pueblo. Disfruta y sufre en el tendido con lo que sucede en el ruedo. Como sufrió la tarde del día 3 en que, precisamente, se conmemoraban los cuarenta años de aquel acontecimiento histórico. Porque esa tarde le volvían a comer los nervios ya que era otra fecha importante para la historia taurina de Priego. Su sobrino,
HISTORIA PROFESIONAL
Fernando nació en el seno de una familia muy taurina el 1 de Enero de 1948. Su bisabuelo,
Es normal, pues, que el chiquillo estuviera rodeado de este ambiente en el que, además, se sentía muy a gusto.
Cuenta Miguel Forcada en su libro “Fiestas de toros en la comarca de Priego de Córdoba” que el primer
De niño es ya un buen aficionado a los toros y comienza a entrenar a muy temprana edad. Siempre por entretenimiento, nunca pensando que llegaría a ser el único ( hasta la fecha) matador de toros nacido en el pueblo. Es en 1965, con 17 años, cuando de verdad se siente torero. Sucede ante una becerrita que su padre adquiere para torearla entre todos los hermanos. Torea muy bien de capote y cuando tenía que matarla su hermano José María, pide hacerlo él y se le concede el deseo. Lo hace bien y ya no piensa en otra cosa que no sea en hacerse torero. Se entrena a fondo con duras sesiones de ejercicio físico y toreando mucho de salón. El día 23 de Abril de 1967 debuta ante el público en Brozas (Cáceres). El chaval esta muy bien y es ovacionado.
Este sería el comienzo de una brillante carrera paseando el nombre de su pueblo por la geografía taurina española. Dominaba muy bien el toreo de capa y con la muleta era un torero artista, pero lo fundamental, la suerte suprema, se le daba de maravilla. Ser tan certero con la espada le abrió muchas puertas grandes porque remataba muy bien sus faenas. “Yiyo” utilizó siempre para matar sus toros un estoque que perteneció al I Califa del Toreo Rafael Molina “Lagartijo”. Esta espada, que el guarda como oro en paño, se
La temporada de 1.967 fue muy importante en su carrera, pues alcanzó a torear 14 novilladas ( aunque firmó veinte) cortando un total de catorce orejas y dos rabos.
Balance mas que importante tratándose de su primera temporada. Recuerda con satisfacción la tarde del 15 de septiembre en Ubrique, donde después de una enorme faena mató al toro de fulminante estocada y le otorgaron las dos orejas y el rabo. En la temporada de 1.968 comenzó a dar su dimensión como un torero importante, pues consiguió torear fuera de Andalucía, sobre todo en Extremadura y algunas plazas del norte. Tras un excelente comienzo de la temporada 1.969, en la que alterna en un festival con Jaime Ostos y “Miguelín”, decide hacer la presentación oficial en su pueblo. El ambiente era extraordinario. Ya se comenta en los mentideros taurinos la capacidad de Fernando para triunfar la mayoría de las tardes, y eso anima a
Aunque los novillos no colaboraron en absoluto, hubo petición de oreja y ante la negativa del palco a concederla, dio una triunfal vuelta al ruedo entre ovaciones.
Los cronistas de la época ensalzaron la labor del diestro cordobés. En 1.972 llega a
Esta es, en síntesis, la historia profesional de un torero cordobés que acaba de cumplir cuarenta años como matador de toros.
Para terminar estas líneas, una anécdota que me refirió el propio torero. Es normal, y casi obligado como documento histórico, que los toreros cuando toman la alternativa manden disecar la cabeza del toro. Fernando no puede lucir ese trofeo, porque cuando acordaron los carniceros la habían destruido. Si cuelga en su casa la cabeza del segundo toro.
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista