El mexicano lidió un novillo de la ganadería portuguesa de Murteira Grave, el animal de mayor cuajo del encierro y que no terminó de dar muchas opciones. A pesar de ello, Silveti estuvo muy firme tanto con capote como con muleta, dejando una impresión positiva entre los aficionados lisboetas, quienes le obligaron a dar una vuelta al ruedo, premio máximo en Portugal, ya que allí no se matan los toros y, por tanto, no se cortan orejas.

 

Diego Silveti se gustó especialmente a la hora de torear con la mano izquierda, por donde llegaron los mejores pasajes de una actuación que mereció los honores de la música, única actuación, junto con la del sexto novillo, que mereció este reconocimiento. El novillo de Murteira Grave se movió mucho, aunque lo hizo con poca clase y entrega. Diego se esforzó en una labor a más que siempre contó con la atención de los tendidos.

 

 Con media entrada cubierta se lidiaron seis novillos de Murteira Grave, bien presentados, con un promedio de 470 kilos, siendo el 6º el de mejor juego. El resultado fue el siguiente: Los rejoneadores Matheus Prieto (palmas) y Joao María Blanco (vuelta); y los novilleros Jiménez Fortes (vuelta), Antonio Dias Gomes (ovación), Diego Silveti (vuelta) y Tiago Santos (vuelta).