Informa desde Venezuela. Rubén Darío Villafraz. Periodista Taurino

Esta semana que cierra, y que marca el arranque de la última feria española de trascendencia como es la de El Pilar en Zaragoza, con el motivo especial de la toma de alternativa del venezolano Jesús Enrique Colombo este próximo miércoles 11, también ha supuesto la pérdida física de una de las referencias ganaderías del planeta taurino. A los 81 años “El Paleto de Galapagar” Victorino Martin Andrés, fallecía en el calor de su finca de Monteviejo, tras haber sufrido un ACV el pasado sábado.

Se va una parte de la gran historia y milagro del toro bravo en los últimos 50 años. Rescatar de casi ir al matadero la sangre Albaserrada, para llevarla al pedestal de los exigentes aficionados, sobre todo de la plaza más exigentes de todas, como es Las Ventas, donde se le puede considerar un mito difícil de igualar.

La trayectoria de Victorino Martín Andrés va más allá de los números y las estadísticas, pero éstas también hablan de la grandeza de uno de los ganaderos más destacados de las últimas décadas. El ganadero en mención tiene el récord de toros indultados en plazas españolas de primera con tres ejemplares: «Velador», número 121, indultado el 19 de julio de 1982 en Madrid, lidiado por Ortega Cano; «Muroalto», número 170, indultado el 21 de agosto de 2005 en San Sebastián, lidiado por Juan José Padilla y «Cobradiezmos», número 37, indultado el 13 de abril de 2016 en Sevilla, lidiado por Manuel Escribano. A esos tres hay que añadir otros nueve, hasta alcanzar los doce toros que han regresado a la finca Las Tiesas tras demostrar su bravura en los ruedos.

En total, ha lidiado 3173 toros -120 de ellos premiados con la vuelta al ruedo- y 317 novillos en 722 festejos en 176 plazas. A esos toros se le han cortado un total de 1525 orejas y 31 rabos que han valido 322 salidas a hombros, 27 de ellas junto al ganadero.

Recordamos que Victorino sólo vendió una vez productos suyos. Fue en 1978 a Leopoldo Picazo. Las veinte vacas y el semental que entraron en el trato acabarían tiempo después en manos del ganadero José Escolar. Asimismo, a finales de 1992 regaló a su amigo José Chafick, ganadero mejicano, veinte pajuelas de dos sementales, llegando así la sangre de la ganadería hasta tierras americanas. Y precisamente en América, en la Feria de San Sebastián de San Cristóbal del 2016 el que se haya lidiado la única corrida suya en este lado, con notable éxito y garantía de emociones, a todo lo realizado.

Muere el mito, pero no la leyenda de quien se le ha considerado el “rey de los ganaderos de bravo” de la última mitad de siglo. Los números y hechos hablan por sí solos.