El broche de la campaña mexicana de Diego Ventura se llevó a cabo ante la que hoy por hoy es la afición más exigente en este país: la de Guadalajara, Jalisco, la cual miró el toreo con lupa y midió a milímetros el desempeño de este rejoneador que siempre estuvo por encima de las circunstancias. Obtuvo una oreja de su primero y perdió las dos del cuarto por haber fallado con el acero, no obstante escuchó el sonoro coro de ¡torero-torero!

 

El primer toro del lote de Begoña que correspondió al caballista salió de toriles y de inmediato dio vuelta para regresar a los mismos. En cuanto volvió al ruedo, embistió con sosería y puso su atención en los tendidos. Por ello, fue meritoria faena que le ejecutó Diego Ventura.

 

El primer rejón que el de la Puebla del Río colocó a lomos de Triana resultó vital para el desarrollo de la labor, pues despertó el celo del astado. El ambiente gélido rondaba la plaza -que por cierto registró una de las mejores entradas del año, en una corrida fuera de temporada-, se rompió a base de la entrega de Revuelo, sobre el que Diego enceló incansablemente al burel para lograr la colocación de banderillas que adornó con piruetas en los medios del redondel.

Comprometidos al extremo fueron los pares que selló en todo lo alto con el empuje de Wellington. Sobre Califa colocó las cortas, llevó a cabo el teléfono y hasta rozó con su frente la testuz del toro. Despachó de un rejonazo arriba que hizo doblar al toro para cortar una oreja.

 

La faena al cuarto fue la mejor de la tarde, ya que el astado desde su salida fue brioso y temperamental. Un gran reto para Ventura que lo paró estupendamente sobre Triana y debió colocarle hasta tres rejones de castigo.

 

La actuación de Nazarí resultó magistral y le cambió la cara a la faena pues con él brilló el toreo templado y terso que Ventura ejecuta al torear de costado en pasajes donde entre toro y caballo no cabía ni aire. La seguridad de este corcel al fundirse con su jinete evitó la cornada, puso la plaza en ebullición y alzó el nivel de rejoneo a cotas de maestría, al grado que Diego despidió a Nazarí en la puerta de caballos con un beso cariñoso.

 

La salida de Morante remató el cuadro en la colocación de una banderilla, mientras que fueron hasta cuatro las ocasiones que prendió el bocado en el lomo del astado. Con Ginés también se empleó a fondo con dos banderillas monumentales, mientras los aficionados se rompieron en gritos de ¡torero, torero! para este rejoneador,  que remató en la monta de Califa. Sin embargo, el ejemplar de Begoña ya había agotado el gas y complicó la ejecución final por lo que la faena terminó  tras un pinchazo, un rejón atrás y debió echar pie a tierra para concluir con un golpe de descabello.

 

Con esta corrida Diego Ventura concluyó su temporada americana en la que toreó 30 corridas del 25 de diciembre de 2010 al 27 de marzo de 2011, en las que cortó 58 orejas y 7 rabos.

 

FICHA DE FESTEJO

 

Domingo 27 de marzo. GUADALAJARA, Jalisco.  

Casi lleno.

Toros de Begoña, de juego desigual.

DIEGO VENTURA: Oreja y ovación

IGNACIO GARIBAY: Silencio y protestas

JOSELITO ADAME: Oreja y silencio.

 

 

Fotos: Tadeo Alcina