En un ambiente de gran expectación en la séptima de la Feria de Valencia, jamás conocido, debido a la reaparición de José Tomás, actualmente el de más tirón de popular admiración y atractivo del aficionado entre el escalafón de la torería actual. Tras su larga curación y recuperación de la gravísima cornada sufrida en la plaza mexicana de Aguas Calientes. Volvía a los ruedos en la séptima corrida de la Feria de San Jaime en Valencia. La Plaza llena a rebosar y en el cartel acompañando a José Tomás en la terna, Víctor Puerto y el mexicano Arturo Saldivar y enfrente de ellos seis toros de la ganadería de El Pilar, encaste Aldeanuela, El Raboso de Matías Bernardos, propiedad de los hermanos Fraile. Dieron juego variado entre la nobleza del primero y el buen son de embestida del tercero, las dificultades del resto.

 

Víctor Puerto siempre en torero, se lució en la tanda de derechazos rodilla en tierra. El toro fue a menos, se apagó su embestida y dobló de una estocada baja, sonó un aviso antes de que el toro quedase para el arrastre. El cuarto acusó falta de casta y no ofreció nada ante la muleta. Lo despenó de una estocada.

 

José Tomás se encontró con el segundo al que saludó con templados.

 

Se apretó como siempre toreando de capote. La faena que brindó a los cirujanos mexicanos que le atendieron tras su atroz  cogida, se caracterizó por su estar estoico ante la cara del toro, pese a se un toro de embestida violenta al que robó pases con la mano baja. Soportó dos desarmes al torear por el lado izquierdo, siempre con la planta clavada en la arena. Acabó de media estocada, tras oír  un aviso. Saludó desde el tercio. El quinto dificultoso se iba suelto sin sujetarlo. Muleta en mano lo cita por estatuarios, clavados los pies en la arena, en un pase resultó cogido de fea manera cayendo de cabeza en la arena.

 

Repuesto vuelve a la cara del toro a soportar el viento que sopla y molesta y las malas intenciones del cornupeta. Insistiendo con la muleta en la izquierda, ya con el toro entablerado. Cerró con apretadas manoletinas, sonó un aviso y tumbó al astado de una estocada. Hubo petición de oreja que se concedió, pero no la segunda por el egocentrismo del Presidente, sin embargo el día anterior concedió dos con menos méritos. El diestro dio dos vueltas al ruedo con la oreja concedida entre un clamor de multitud. La segunda vuelta la dio con una bandera mexicana.

 

El mexicano Arturo Saldivar de Aguas Calientes, llegó decidido a dejarse notar y salió triunfador. Se encontró con el tercero de la tarde con buena y noble embestida lo toreó con buenas hechuras entregado y al rematar de pinchazo y estocada, fue premiado con oreja. Ante el sexto se entregó totalmente con pases de pie y de rodillas, en pos de redondear una faena y alcanzar la oreja que le otorgaba la salida en hombros por la Puerta de la calle Játiva. Y yéndose detrás de la espada agarró una estocada que selló su decisión y logró la oreja ansiada que coronó su triunfo.

 

La Fiesta sigue y, otra vez, gracias a Dios y a la Ciencia, tenemos de nuevo a José Tomás en los ruedos, una figura del toreo que torea con la verdad por delante, sin ventajas, pisando el terreno del toro.

 

Bien reaparecido para bien de la Fiesta Nacional, Maestro.

 

 

José Tomás cornada  en el antebrazo izquierdo.

 

Después de la corrida de reaparición de José Tomás en la Feria de Valencia, fue intervenido quirúrgicamente  en el Hospital Provincial de la capital del Turia; de una cornada envainada en el antebrazo izquierdo que le produjo el toro “Dulcero”, el de su reaparición al iniciar la faena de muleta. Le cogió proporcionándole voltereta que sufrió quedando algo conmocionado. Se recuperó pronto y pudo continuar toreando. Tras la intervención quirúrgica regresó al hotel Valencia Palace donde estaba hospedado.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103