La corrida empezó a las 3.30 p.m. horario que siempre se inicia en corrida de seis toros, pero en Lima cuando la corrida es de ocho toros éstas empiezan a las 4.00 p.m., por ello hay que respetar las tradiciones dado que la estación climatológica de otoño oscurece generalmente después de las 6.00 p.m., creemos que la empresa considerando todo ello iluminó el interior del coso pero sin lograr su cometido resultando deficiente.

Enrique Ponce vestido de grana y oro, recibió a un toro colorado de Puga con una serie de verónicas jaleadas que fueron finamente rematados en medio de ovaciones, con la franela Ponce nos brindó el poder de su muleta dominadora realizando series por ambos pitones que fueron el clamor del respetable, nuevamente cerca a los tendidos de Sol realiza una faena con la mano derecha que es del agrado limeño, deja una entera que demora en doblar el toro, por lo que recibe una oreja dando la vuelta recogiendo prendas. El quinto de lidia ordinaria y segundo de su lote era un toro bien presentado de Roberto Puga que embestía metiendo los riñones, sin embargo no faltó un gracioso que grito “cojo” y la psicosis colectiva de unas personas ubicadas en Sol que no son más de una decena hicieron dudar al Presidente de Plaza y éste muy apresuradillo (por citar al de un medio) sacó el pañuelo verde en medio del desconcierto del matador y del 99% de los asistentes en la plaza que gritaban ¡ Otro Juez, otro Juez ¡ con toda justicia y saltó el primer sobrero que era del hierro colombiano de San esteban de Ovejas que fue manso al que Ponce le sacó algunos muletazos sueltos que dejó ver su tauromaquia poderosa. Su labor fue ovacionada por el gran esfuerzo que hizo con éste manso.

Julián López “El Juli” con un terno de torear color tabaco y oro, nuevamente dio una clase maestra del toreo en Acho, con el capote se estiró en unas verónicas sujetando al toro de Montegrande (de las hijas de Roberto Puga) que embestía con calidad, recibió un puyazo largo. El Juli con la muleta subió la temperatura de la plaza al dar series sin moverse en los medios, relajado con mando y temple fue ligando otras series jaleadas acompañada de ovaciones, los muletazos y la profundidad de cada uno de ellos por ambos pitones hacían poner de pie a los espectadores, entra a matar y dejó una estocada entera en buen sitio. Quedará registrado en los anales de la historia lo pletórico de su toreo, realizó la mejor faena de ésta feria la cual fue estropeada por el Presidente de Plaza que seguramente sin ningún interés de por medio (así esperamos todos) otorgó una oreja cuando merecía las dos bajo el mismo criterio de las orejas entregadas en las corridas anteriores, ésta faena y la estocada fueron superiores. Sin embargo el público aclamaba las dos orejas y algunos pedían el rabo, sin embargo el juez ordenó cortar una oreja, la misma que el matador no la recibió por la cantidad de protestas en contra de la autoridad y dio dos vueltas al ruedo del viejo coso limeño. Gran bronca al juez. Con el sexto El Juli quiso ir por el desquite y volvió a torear con el capote y con la muleta magistralmente, realizó lopecinas en medio del anillo y los muletazos fueron con hondura. Lástima que la espada le negó el triunfo, pero recibió una ovación estruendosa que salió al tercio a agradecer.

Sebastián Castella con un traje morado y oro, la calidad del torero francés siempre se deja ver en su labor, con el percal se acomodó con su primero, con la muleta realizó una faena seria y variada, dio circulares, martinetes, entró a matar y dejó una estocada bien ejecutada y el Juez le concede una oreja. En el séptimo nada que reseñar con el capote, en cambio inició la faena de muleta con vistosos cambiados por la espalda en los medios pero su labor se vino a menos. Su labor fue silenciada.

Cayetano Rivera Ordóñez con un vestido de luces marfil y oro, en ninguno de los dos toros tendremos nada que escribir, algunos manifestaban en la plaza que le toco el peor  lote, yo diría que no estaba a la altura de Ponce y Juli. La calidad de sus oponentes es verdad no dejó para el lucimiento del diestro, en su primero hubo silencio a su labor y al que cerró plaza oyó pitos. Entró a la enfermería con un corte en la mano.

 

FICHA DE LA CORRIDA

 

Con plaza casi llena y en tarde de Sol, se lidiaron cinco toros de Roberto Puga, dos de Montegrande y un sobrero colombiano de San Esteban de Ovejas, todos bien presentados y nobles excepto el colombiano, en líneas generales tuvieron diferentes matices de bravura.

 

Enrique Ponce (una oreja y ovación)

El Juli (una oreja con fuerte petición de la segunda y ovación)

Sebastián Castella (una oreja y silencio)

Cayetano Rivera Ordóñez (silencio y pitos)

 


Informa Dikey Fernández

Fotogalería

Lima (Perú) 5 de diciembre de 2010