El sol engalanó la tarde de toros en La Santamaría… desafortunadamente quienes no engalanaron la tarde fueron los dos españoles que acompañaban en el cartel al colombiano Sebastián Vargas que izó con honor nuestro pabellón nacional.

Se lidió un encierro de Mondoñedo con muy buena presentación y juego desigual. Sobresalió el lidiado en cuarto lugar por parte Sebastián Vargas, un toro bravo y con mucho motor;  en general el encierro tuvo complicaciones en su comportamiento, toros con genio y con tendencia a llevar la cara y remos delanteros hacía arriba, con actitudes de mansedumbre como el no pelear bien el caballo y terminar en tablas.

Es nuestro deber exaltar la actitud y presentación del cucuteño Sebastián Vargas, quien con esmero, voluntad y entrega; toreó hoy en La Santamaría… no defraudó a quienes nuevamente depositaron su confianza en él para estar en el coso taurino de la capital colombiana. En su primer ejemplar mostró sus cualidades de lidiador frente a un ejemplar que mostraba dolor en sus articulaciones y que mostraba protuberancia en su pesuña derecha al igual que una deformación en la rodilla derecha, además de esos problemas físicos el toro mostró mansedumbre y buscó las tablas; Vargas exprimió las pocas posibilidades del astado y se llevó las palmas de los capitalinos.

Con el segundo de su lote pudo ejecutar una faena más ligada y con más conexión, en algunos momentos el colombiano se vio abrumado por sus emociones y dejó ir momentos importantes de la faena pero sin embargo volvía a poner pie en tierra ejecutaba pases de buena factura, los tendidos se emocionaron y él tras cuajar una bonita faena se volcó sobre el morrillo y mató de buena estocada. Cortó una oreja y el toro fue premiado con la vuelta al ruedo.

De los otros dos alternantes hay poco de qué hablar porque no hubo faenas confeccionadas ni completas, un pase por aquí y otro por allá… nada de emoción y si falta de compromiso. No es justo con la afición que pagó su boletería, ni tampoco es justo con la Corporación Taurina de Bogotá que siembra su confianza en quienes contrata para que los toreros no estén a la altura del compromiso. Uceda Leal y Matías Téjela se mostraron sin emoción, sin gusto y con poca honestidad para un público que quería verlos.

Habría que resaltar buen manejo del capote y dos buenas estocadas en los primeros de sus lotes, pero más allá de eso no se pudo observar pases que estuvieran cargados de profundidad y arte. Desorden y falta de entusiasmo… es falta de respeto con los colombianos que dos figuras españolas cobren el dinero que cobran a las empresas colombianas para que no respondan al compromiso que adquirieron.

 

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero (Directora para América)