Leonardo Benítez abrió el festejo con una faena templada, seria y buena. Largos y hondos los poderosos muletazos que cuajó el diestro, que encajado y asentado, llevó con recia torería al primero, en series ligadas y macizas, cuidando no obstante al ejemplar que noble y con clase, tenía las fuerzas justas. Oreja de ley. Ante el cuarto, encastado pero algo áspero, Benítez cuajó buenos lances a la verónica y un conseguido quite por fregolinas.
Banderilleó el matador con soltura y vistosidad, destacando el segundo par.
Sincero y entregado, el diestro abrió su faena con muletazos de rodillas para proseguir honesto y aseado. El toro, encastado a veces tendía a pegar molestos tornillazos. Labor decorosa que tras pinchazo y estocada desprendida despertó una leve petición de trofeo no concedido, saludando el diestro en el tercio.
Julián López El Juli cuajó una gran actuación ante su primero, un ejemplar noble, bondadoso y con clase. Tras un deslumbrante quite a la verónica, la faena de El Juli fue sencillamente un compendio de sabiduría, poder, oficio y técnica, envuelto en una estética especial. Suave y con una exactitud milimétrica, el español llevó al toro cosido a su muleta en largas series por los dos pitones.
Alturas, terrenos y distancias fueron medidas con perfección de científico por un Juli que sentó cátedra.
Una estocada trasera y dos descabellos dejaron todo en una solitaria oreja. Al buen toro se le dio la vuelta al ruedo tras una petición de indulto. Ante el quinto, un ejemplar complicado, el español, que volvió a lancear muy bien a la verónica, estuvo honesto y firme. Faena secreta, no valorada por los espectadores pero de gran fondo técnico. Sobrado de sitio y confianza no se despeinó ante un toro áspero.
Miguel Ángel Perera en su reaparición contó con un buen toro, el primero de su lote al que llevó largo, templado y por abajo en una buena faena. Bien colocado y adelantando el engaño cuajó muletazos largos, hondos y con ritmo en series por ambos pitones que calentaron la fría tarde. Perera estuvo francamente bien, haciendo gala de ese toreo de plomada y poder que le ha llevado a lo alto de la fiesta. Cobró una superior estocada, entrando con rectitud y despacio, por lo cual una sola oreja es corto premio.
Volvió a mostrarse muy por encima del deslucido sexto en una labor que contó con pases de excelente factura pero sin emoción. De nuevo manejó el acero con precisión.
La lluvia a pesar de todo no impidió que se viviese la esencia de la fiesta, pues toros y toreros dieron un gran espectáculo.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de San Cristóbal
Viernes 23 de enero de 2009
Tercera corrida de la Feria Internacional de San Sebastián
Seis toros de Los Ramírez, bien presentados a excepción del terciado sexto. Nobles y con clase los tres primeros, en especial el segundo Canastero, número 116 que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Encastado el cuarto. Difícil y bronco el quinto, deslucido el sexto.
Pesos: 460, 442, 440, 445, 440 y 445 kilos.
Leonardo Benítez, de blanco y oro: Oreja y saludos tras petición.
Julián López El Juli, de grana y oro: Oreja y silencio.
Miguel Ángel Perera, de rosa y oro: Oreja y silencio.
Incidencias: Llovió durante toda la corrida por lo cual el ruedo se deterioró notablemente. Muy bien las cuadrillas en general destacando en la brega Eliécer Paredes y Eduardo Graterol, que ejecutó un gran quite de peligro. Bien en banderillas Gerson Guerrero y Álvaro Montes.
La plaza casi se llenó.
Desde San Cristóbal (Venezuela), crónica de Vitico Ramírez
Fotos Comaná