No podía empezar con mejor pie la Feria Taurina de Ciudad Real. Los tres toreros salieron a hombros en una tarde donde se puso a prueba el valor y la maestría de los diestros.

Gran susto dio Aníbal Ruiz a la afición cuando tras irse a porta gayola, a recibir al segundo de la tarde, fue derribado por el de Román Sorando hiriéndolo en la cara. Produciéndole una herida en labio superior que lo divide totalmente. Herida en raíz del ala de la nariz del lado derecho. Herida en región ciliar derecho. Herida subnasal. Hemorragia conjuntival en el ojo derecho que le disminuye la visión. Traumatismo en región intraparietas con conmoción cerebral. Pronóstico reservado.

 

Aún así el pundonor de este torero es mucho y sabía que la Feria de Ciudad Real no se le podía escapar de las manos. Había apostado fuerte y no todo estaba perdido, tenía que volver a ponerse delante de los pitones del toro, a pesar que tanto el director de lidia como su cuadrilla le aconsejaron irse a la enfermería. Pero esa raza que tiene Aníbal Ruiz no se lo permitió. Aunque con el capote quedó inédito con la muleta logró cuajar una tanda con la diestra que llegó  a  los tendidos. También hubo un natural de esos que se quedan grabados en la retina. A pesar de estar mermado de facultades supo estar en torero. Lo mató de una estocada un pelín desprendida. Enseguida el respetable pidió con fuerza los trofeos que se había merecido.

En el quinto, Aníbal Ruiz, volvió a demostrar que no deja pasar las oportunidades. Salió a torear en contra de la opinión de los facultativos. Recibió al de Román Sorando con verónicas templadas rematándolo con una media. Con banderillas estuvo bien Óscar Castellanos y en la brega Valentín Cuevas. El toro no tenía mucha fuerza por ello no pudo bajarle la mano. Le compuso una faena por ambos pitones terminando con una bella trincherilla. Con la espada no estuvo muy afortunado en esta ocasión. Tal vez las ganas de un triunfo mayor hicieran que se precipitara a la hora de tomar el verduguillo. El respetable estaba con él y le tributó una gran ovación.

 

Maestro de maestros

Ante el que abría plaza poco pudo hacer Enrique Ponce, ya que el animal no le ofreció posibilidad para torearlo debido a su flojedad. En ningún momento le pudo bajar la mano. 

Sin embargo la cosa cambió en el cuarto, aunque el animal luciera la divisa a modo de parche en el ojo derecho, Ponce le realizó una faena a base de paciencia. Primero a media altura y una vez que consiguió meterlo en el canasto su toreó fue a cámara lenta sobre todo por el pitón izquierdo. Esta faena si tuvo ligazón que fue la clave junto con la estocada para que el diestro de chivas cortara los máximos trofeos. Eso que el toro fue protestado de salida por llevar mal colocada la divisa pero el presidente hizo oídos sordos.

 

 

Gran faena de El Juli

Con un fajo de verónicas de manos bajas recibió El Juli al tercero de la tarde, al que le realizaría una gran faena. Quitó por chicuelinas muy ceñidas rematándola de revolera.

Con la muleta lo cuajó muy bien sobre todo por el pitón izquierdo. Este ejemplar tenía más movilidad que sus hermanos y así lo vio El Juli. Lo mató de estocada un poco caída.

Con el que cerraba plaza no tuvo la misma suerte ya que se acabó enseguida y anduvo en el último tercio con una embestida muy sosa. No repetía por mucho que Julián le ofrecía su muleta.

Sin embargo con el capote sí consiguió torearlo a gusto en el saludo capotero, pero donde mejor lo cuajó fue en el quite a la verónica donde cargó bien la suerte.

 

 

 

 

Ficha del festejo:

Ganadería: Se han lidiado seis ejemplares de Román Sorando, nobles y con pocas fuerzas. 
Enrique Ponce: (blanco y oro) Ovación desde el tercio y dos orejas y rabo. 
Aníbal Ruiz: (celeste y oro) Dos orejas y ovación desde el tercio
Julián López El Juli: (Azul marino y oro) Dos orejas y silencio


Cuadrillas: Bien Valentín Cuevas en la brega del quinto y dos buenos pares de Óscar Castellanos en el quinto de la tarde
Aforo: La plaza registró tres cuartos de plaza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica y fotos de Raquel Montero