Palmas por bulerías y gritos de ¡Torero, Torero! han sido la dinámica de esta tarde en la plaza de toros de Granada, llegando la apoteosis de la tarde en el sexto toro. Daniel Luque, no se dejo amedrentar por encontrarse amartelado junto a José Tomás, y mostró sus ganas y disposición. A su tercero lo toreó con muletazos de trazo largo, sobre todo con la mano derecha, arrastrando la muleta por el albero. Por el izquierdo, al toro, le costaba más ir, y pese a ello consiguió sacar algún natural de calidad. La conexión con el público fue fácil y muy aplaudidos fueron todos los remates de las series, pero la eclosión llegó cuando, al igual que hiciera en Las Ventas, tras clavar el estoque simulado en el albero, llegaron los cambios de mano. Estuvo certero con la espada y se le concedieron los máximos trofeos, en medio de la confusión, ya que alguna parte de la plaza, pensaba que estaban pidiendo la segunda oreja en lugar del rabo. Mera anécdota, la de los trofeos.

 

Con el sexto toro, un toro noble y con clase, mostró una buena versión del toreo firme y en vertical con la mano derecha, y también en algunos muletazos con la zurda. Buscó la conexión con los tendidos, que cayeron rendidos a sus pies, con el toreo en redondo, y con los cambios de mano, que tanto gustan. El público comenzó a pedir el indulto de Miraflores, y mientras el presidente se decidía a sacar el pañuelo naranja, volvió al toreo al natural. Como colofón a una gran tarde de toros, asomó ese pañuelo naranja que indicaba la vuelta a “El Grullo”, del toro Miraflores.

 

José Tomás levantó la primera gran ovación de la tarde, tras el recibo a la verónica, seguido por chicuelinas y dos medias verónicas muy buenas. Comenzó a torear al natural a su primer oponente, nada más brindar al respetable, consiguiendo hilvanar varias tandas notables. El toro se acabó pronto, y poco más pudo hacer el de Galapagar que tras un pinchazo mató de una estocada.

En su segundo, volvió a hacer gala del toreo de capa, primero con unas verónicas con la rodilla genuflexa, sacándose el toro hacia el centro del ruedo. Cuando se puso el capote a la espalada para realizar el quite por gaoneras la plaza era un clamor, y no defraudó, arriesgando mucho. Con la muleta comenzó con estatuarios ajustaos, para seguidamente, torear con la mano derecha, ligando muletazos largos y de mano baja. Con la izquierda llegó lo mejor lo tarde, una primera serie de gran calado y profundidad. Siguieron varias series más, en las que se fueron conjugando los naturales, exponiendo mucho, arrastrando la muleta por el albero, llevando muy larga la embestida del toro. Gran dimensión la mostrada esta tarde por José Tomás en el toreo al natural. El público, comenzó a pedir el indulto levemente, mientras el torero entraba a matar. Pese a que la espada cayó un poco caída, corto los máximos trofeos en honor al gran toreo que había plasmado en la Monumental Frascuelo. Este quinto toro, de nombre Violeto, fue premiado con la vuelta al ruedo.

 

Javier Conde completaba la terna. No consiguió acoplarse ante ninguno de sus dos ejemplares. Pese a ello, en su primero pudimos ver la torería personal de este diestro. Destacaron algunos pasajes con el compás abierto, y los pases de la firma y de pecho, con mucha estética. En su segundo, volvió a mostrar su torería, componiendo la figura siempre, y sacando algún natural de calidad, mientras toreaba en vertical.

 

 

Granada. Séptimo festejo de abono. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, y de juego desigual. Destacaron el 5º de nombre Violeto, herrado con el número 178, de 480Kg, que fue premiado con la vuelta al ruedo, y el sexto toro, de nombre Miraflores, herrado con el número 216, de 539Kg que fue indultado.

 

 

Javier Conde (nazareno y azabache): ovación con saludos y división de opiniones tras aviso.

José Tomás (tabaco y oro): oreja y dos orejas y rabo.

Daniel Luque (verde manzana y oro): dos orejas y rabo en ambos.

 

 

Fotografía cedida por Juan Manuel Fernández

 

 

 

 

Crónica de Marisa Fernández.