Con lleno hasta la bandera se ha celebrado este martes de feria la novillada sin caballos en clase práctica de la Escuela de Tauromaquia de Jerez.

 

El primero de la tarde, un precioso novillo chorreao en verdugo, bien hecho y pronto en la embestida, fue para Isidro Arrocha, de azul y oro que lo recibió con unas preciosas verónicas, lentas y cadenciosa que llegaron a los tendidos.

 

Con la muleta había que bajarle las manos, lo toreó por ambos pitones, logrando los mejores momentos con la mano izquierda en dos excelentes tandas de naturales, siguieron molinetes y pases de firma.

 

Al perfilarse se precipitó en el intento, pero en el segundo cobró una excelente estocada, siéndole concedida una oreja de su oponente.

La lidia del segundo corrió a cargo de este excelente y fino torero que es José Monje, que lucía un precioso terno blanco y plata.

 

Toreó a la verónica como el sabe hacerlo, bajando las manos toreando muy despacio como si no se fuese a acabar nunca.

 

Con la muleta toreo magníficamente con ambas manos. Los derechazos en redondo, largos y muy lentos después con la izquierda se sucedieron tres series de naturales, eternos, al son de la música, para soñar, las palmas en los tendidos echaban humo.

 

Siguieron adornos y remates de lo más variado, propios de un toreo largo y artista.

 

Una excelente estocada al segundo intento en el hoyo de las agujas hizo que el público enfervorizado solicitara para el toreo las dos orejas y la vuelta al ruedo para el precioso eral de Las Monjas.

 

En tercer lugar salió un hermoso ejemplar castaño para Daniel Crespo, tercer espada de la terna, que lucia un terno verde y oro.

 

Magnifico en los lances de recibo, rematada con una extraordinaria media verónica de sabor belmontino.

 

La faena de muleta, tras un titubeante inicio, se vino arriba yendo de menos a mas. Toreó  con ambas manos, muy bien rematadas las series con el pase de pecho, molinetes y desplantes. Llegó al público y como mato con brevedad le fueron concedidas las dos orejas de su novillo.

 

Eloy Hilario, de gris perla y oro, recibió a su novillo con una larga cambiada en el tercio para seguir con una verónicas, rematadas con chicuelinas y revolera, que fueron muy aplaudidas.

 

Con la muleta realizó una faena plena den entrega de principio a final, que inició con un pase cambiado de rodillas. Ya de pie fundamentó su faena con la mano derecha si bien lo intentó también con la izquierda, logrando algunos muletazos de merito. Tuvo la virtud de querer hacer las cosas en toreo. Con la espada necesitó varios intentos antes de cobrar una excelente estocada en todo lo alto. Le fue concedida una oreja.

 

Protagonizó un vibrante tercio de banderillas.

 

Sergio Salas, con un torerísimo “vestio” de torear rojo y oro. Se enfrentó a un precioso novillo castaño de embestida larga y noble.

 

Con capote y muleta lo intentó todo, logrando momentos de gran brillantez a lo largo de su faena, donde no faltaron toda clase de recursos junto al toreo fundamental.

 

Lo mató de pinchazo sin soltar y estocada casi entera. Le fueron concedidas las dos orejas de su oponente.

 

Miguelito Andrades, de rosa y plata, le toco en muerte un magnifico novillo colorao, al que le hizo todo lo que su afición había soñado torear.

 

Toreó magníficamente y variado con el capote. Realizó un soberbio tercio de banderillas al que invitó a su compañero Eloy Hilario.

 

Con la muleta todo lo que hizo fue el torero grande, ambicioso, ilusionado, los derechazos en redondo, los naturales largos y profundos, preciosos cambios de mano, adornos y una sinfonía de torería difícil de describir.

 

Estocada tres pinchazo y el delirio en los tendidos. Dos orejas y rabo para Miguel Andrades y vuelta al ruedo para el excelente novillo de Las Monjas.