Curro Guillén tuvo una temprana afición a la fiesta de toros. Jugar al toro era su afición preferida de niño. A la temprana edad de 15 años capitaneaba una cuadrilla de toreros niños. Su debut en la plaza de Madrid fue cuando contaba con apenas 16 años de edad, teniendo un éxito que le ayudó a conseguir un buen número de actuaciones que se extendieron hasta llegar a la plaza de Sevilla así como a otros cosos de importancia en España. En Lisboa, donde vivió varios años se le consideró figura y en su regreso a España  sostuvo competencia con Jerónimo José Cándido.

En el año de 1820 toreó en Ronda, donde los partidarios de Pedro Romero sentían cierto menosprecio por los toreros de Sevilla. Aquellos decían que la escuela rondeña era superior a la sevillana por su seriedad y pureza, mientras que, según ellos, los sevillanos toreaban de forma un tanto adulterada.

Cuando salió el toro del sevillano Guillén, después de haber escuchado pitos cuando partía plaza, el torero encorajinado por el grito de un espectador, citó a recibir al burel, pero el toro lo volteó lanzándole contra las tablas para pegarle una horrible cornada.

Juan León intentó hacer el quite pero también resultó cogido y el toro salió llevando a los dos toreros prendidos en cada asta. Tras soltarlos Guillén se incorporó para dar algunos pasos cayendo muerto cuando llegó a la barrera.

Años más tarde, José Cubero, Yiyo, también recibiría tremenda cornada para morir en forma parecida a Guillén.

Caso trágico de la fiesta de seda sangre y sol.