Al maestro Domingo Ortega
A quien con él comparar,
el toledano genial
y maestro verdadero,
que en la historia quedará
como un ejemplo a imitar
por quien quiera dominar
a un toro sobre el albero.
El «Paleto de Borox»
fue por la gracia de Dios,
gran figura del toreo
sobre los ruedos de oro,
que andarles supo a los toros
mejor que ningún torero.
A la tumba se llevó
ese don que Dios le dio
que a los toros sometieron,
el grandioso matador
y maestro de excepción
que tanto prestigio
a su tierra de Toledo.
Un torero castellano
del terruño toledano
que a los toros sometió
con un poder superior,
y un arte tan verdadero,
que ser al mejor llegó
asombrando al mundo entero.
Todos así lo proclaman,
Domingo Ortega se llama
el rey de los matadores,
el torero con mas fama
que en las plazas que actuaba
al público entusiasmaba
llenando el ruedo de flores.
Orgullosa de tí está
nuestra tierra de Toledo,
maestro dominador
gran figura del toreo,
que gran cultura adquirió
porque así lo demostró
cuando de toros habló
dando una sabia lección
a la selecta afición
que acudía en el Ateneo.
El torero de Borox,
aquel hombre de excepción
que en el mundo demostró
ser el mejor en los ruedos.