El primer toro de la tarde, lidiado por Manuel Díaz El Cordobés, desarrolló un comportamiento muy parecido a los del resto del encierro. La labor del espada no pasó de querer agradar al público con un enemigo que  llegó con la boca abierta a la muleta, noble pero sin acabar de humillar y con poca fuerza. El público dicharachero que ocupaba los tendidos de la Maestranza el sábado de farolillos le gritaba a El Cordobés que hiciera el salto de la rana como recompensa a la falta de materia para que allí hubiera espectáculo. Sorprendente el brindis al público de Manuel Díaz en su segunda actuación, en cuanto el ‘Torrestrella’ dobló las patas al salir del caballo del picador, ya sería síntoma de que aquello no iba a cambiar el signo de la obra, buscando el aplauso fácil.

Tras las discusiones en los tendidos por no estar el público colocado en sus respectivas localidades, Rivera Ordóñez, a quien en su primer animal le propinó varios enganchones en el capote y se quejó de las banderillas, tuvo que castigarlo con unos pases por bajo junto a las tablas, la querencia del burel al acomodarse allí hizo que Francisco se lo llevara al centro del anillo, donde sólo lo muleteó a media altura, sin embargo esto duró poco porque por la zurda el toro se rajaba e iba apagándose poco a poco. Y si con éste no tuvo gran oportunidad de triunfar, con el quinto bis de la tarde, que saltó al ruedo después que el originario tuviera que ser devuelto por perder los cuartos delanteros, sólo pudo adornarse en los tres pares de banderillas. En el trasteo de muleta lo castigó por bajo, pero el toro no quería pelea, por lo que Rivera Ordóñez optó por abreviar, aún así recorrió gran parte del redondel para ejecutar la suerte de matar.

El Fandi salió muy dispuesto a la Real Maestranza, desde que saltara el tercero del festejo, al que recibió con una larga cambiada de rodillas, el espada granadino puso todo su empeño habitual en el tercio de banderillas, así como en la muleta, aunque parecía hasta el momento el que mejor embestía, no tardó mucho en sacar el comportamiento de sus hermanos, con una embestida rebrincada y cabeceando en exceso, la faena de El Fandi fue de más a menos, el público lo midió en demasía. Acabó con un metisaca y un estoconazo delantero. El último de la tarde, corretón de salida le lastimó una mano al diestro cuando intentó colocar dos pares de rehiletes a la vez, esto dio paso a otro par por los adentros muy arriesgado. Se sobrepuso El Fandi al comportamiento del de Torrestrella, tiraba arreones y embestía a media altura, pero a base de dejarle puesta la muleta logró hacerle faena, la cual se alargó mucho y tuvo algunos altibajos. Tampoco estuvo fino El Fandi con la espada, la extensión de la faena hizo que sonara un aviso después de un pinchazo. Petición minoritaria de oreja.

 

Ficha de la corrida

-Manuel Díaz El Cordobés: silencio y silencio

-Francisco Rivera Ordóñez: palmas y silencio

– El Fandi: palmas y palmas con petición de oreja