Un cartel que sin lugar a dudas despertó asombro, se esperaba la presentación del caballista Leonardo Zataraín al lado de los Forcados Queretanos abriendo plaza y ver a otro de los triunfadores del serial como el bogotano Germán Rodríguez que cortó una oreja el tercer festejo y el regreso a los ruedos tras la cornada, del queretano Cristian Hernández. Sin embargo, la final se llevó a cabo sin pena ni gloria, noche de avisos en un concurso de ganaderías en la que ningún novillo fue colocado correctamente en los círculos trazados en el ruedo, y bronca al concluir la novillada porque los ganaderos de Barralva estuvieron en desacuerdo de la lidia que Cerqueira le dio a su ejemplar.
 
Abrio plaza «Salmeño» de la dehesa de Funtanet, marcado con el número 21 y 406 kilos de peso, que recibió palmas en su salida y peleó mucho con el caballo al ser picado. Cerqueira quitó por chicuelinas levantando los primeros olés del festejo y los banderilleros fueron ovacionados por su labor. Cuando el francés tomó la muleta, empezó a molestar el viento, y el novillo empezó a buscar al torero. Tomás buscó darle faena por naturales sin tener éxito y tuvo buenos momentos por derechazos sin poder someter al ejemplar. Dejó una estocada delantera para irse en silencio.

 

El segundo de su lote fue «Cardicito» de la ganadería de Barralva, reseñado con el número 156 y peso de 440 kilos, novillo muy bien presentado que recibió palmas en su salida, fue al capote con gusto y fuerza, lo mismo  que al caballo. En una de esas acometidas, derribó una de las puertas e hizo de las suyas en el callejón poniéndoles un buen susto a propios y extraños. Desafortunadamente fue a menos y no permitió el lucimiento a Cerqueira, a quien también le faltó sapiencia para entenderlo. Tras una buena serie por derechazos, el novillo empezó a hacer extraños y lo desarmó en una ocasión, el frances no supo resolver adecuadamente y la pasó bastante mal. Falló con la espada y descabelló en siete ocasiones para escuchar dos avisos. División de opiniones en los tendidos, algunas personas aplaudieron agradeciendo la labor del torero mientras que el resto le pitaron al no entenderse con tan bonito ejemplar. «Cardicito» recibió palmas en el arrastre.
 
El primero de Michelito Lagravere fue «Pavito», de la vacada de Coroneo, con un peso de 340 kilos y número 752, protestado por el tamaño pero un cárdeno oscuro muy bonito, demasiado pequeño en comparación al que abrió plaza. La afición empieza a exigirle al niño torero que respete las exigencias del escalafón menor. Cerqueira lo retó a un duelo de quites por navarras mismo que no respondió Lagravere. Al tomar la muleta, Michelito probó por ambos lados acomodándose por naturales escuchando lo olés de la concurrencia. No logró someter al de Coroneo que salió un tanto suelto y en la faena tuvo sus complicaciones, dejó una estocada tendida y delantera, le dieron un aviso y se retiró en silencio.
 
El que cerró plaza fue «Rompe Flores» proveniente de La Muralla, con el número 181 y pesando 366 kilos, un negro lucero al que Lagravere recibió al a verónica y nuevamente Cerqueira le retó en los quites con la inconformidad del respetable y sin réplica de su alternante. Consiguió buenos momentos teniendo buenas tandas de derechazos. Cerró con adornos que no agradaron mucho a la afición que en todo momento se mostró exigente. Dejó una estocada delantera y al no caer el de La Muralla recurrió en tres ocasiones al descabello. Escuchó un aviso y dividió las opiniones de los tendidos.