El Fandi comenzó bien la faena de ambos con un templado racimo de verónicas en las que el granadino se gustó. Puso un tercio de banderillas irregular y en la faena de muleta el flojo morlaco se echó y hubo de ser apuntillado sin dar ninguna opción ante la desesperación del torero. En su segundo más de lo mismo, el toro no ayudó y se lesionó en un comienzo de faena de rodillas así que tuvo que abreviarse el trasteo.

La tarde de hoy ha vuelto a ser de José Mª Manzanares, el cual está en un momento de madurez y evolución extrema. Su primer toro, “Huelvano”, fue devuelto a los corrales también, y en su lugar salió un toro de la ganadería de Félix Hernández con el hierro de El Serrano, toro que llevaba ya más de una semana en corrales. Ese fue el único que dio alguna opción en la tarde, afortunadamente le tocó en suerte al alicantino, y así pudo hacer las delicias del público y de sí mismo. Se sintió muy torero, y volvió a demostrar el momento cumbre en el que se encuentra. El burel repitió de forma noble y muy humillado y Manzanares le cogió el sitio de momento toreándolo a cámara lenta. Dos primeras series tocadas por la inspiración de las musas maestrantes en las que toro y torero fueron una auténtica simbiosis demostrando la clase que tenían ambos. En la tercera serie por el pitón diestro, José Mari remató con un pase de pecho de la firma a ralentí. Lo intentó al natural con dos pases que sobresalieron que aun están durando, y cambió de nuevo al derecho por el que remató con dos series más en las que el toro entraba en el engaño caminando como los toros mejicanos. Pegó un estoconazo y cortó la tan merecida oreja. Su segundo fue un toro con complicaciones que no hizo que el torero se achicara, sino que se creció ante la adversidad de su embestida, que fue muy irregular. Aguantó mucho y tuvo que tirar literalmente del toro en cada pase llegando a correr peligro por el pitón izquierdo. Pero le ganó la pelea con su firmeza y mató de media que fue suficiente.

Alejandro Talavante se encontró en su primero a un muro de hormigón con el que no pudo hacer absolutamente nada, y con el que se estrelló sin ninguna alternativa. El último toro de la tarde que saltó al albero maestrante demostró más de lo mismo, falta de fuerzas, de casta y de transmisión aburriendo a público y torero. Ya sabemos de las carencias de este torero que en lugar de crecerse ante la adversidad, coge por la calle del medio, así que se ha ido de Sevilla esta tarde sin poder refrendar el triunfo del día de la corrida del Ventorrillo.

 

 

 

 

      conchita rodriguez ortiz web.jpg    Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz