En primer momento nos encontramos una corrida seria, baja y excelentemente presentada. Ha habido toros de triunfo gordo y ha habido hasta toro de premio, toro de vuelta al ruedo. Salió en primer lugar Julián López El Juli, que se encuentra en un momento de madurez impresionante. Las dos faenas de El Juli han sido faenas firmes, asentadas, con conocimiento de técnica, de toreo, de temple y de pundonor servido con mucho valor, y del caro. El primer toro fue recibido por el madrileño a la verónica ante un molesto aire y estuvo magnífico. Se veían sus disposiciones a la legua, sus ganas de triunfo, transmitía felicidad e irradiaba responsabilidad y seriedad. El quite por zapopinas fue de los que no se olvidan fácilmente, ajustadas, ceñidísimas, clavado como un poste y así se quedó en su principio de faena de muleta. Pitón complicado del toro el derecho, pero precisamente El Juli quiso medir su profesionalidad toreándolo por ese pitón. Tres series con la mano diestra, con la figura erguida y clavada, y las manoletinas asentadas en el albero. Lo intentó por el pitón derecho pero empezó a transmitir aburrimiento y sosería hasta la saciedad, además de llevar peligro colada tras colada. Pero fueron suficientes su toreo de capa, su comienzo de faena a pies juntos sin inmutarse y sus disposiciones. La clarividencia le hizo hacer una faena al toro que no existía y que se la inventó. Lo exprimió tanto que le fue imposible entrar a matar. El toro se mantuvo muy encogido y con ganas de echarse. De esta manera pinchó cuatro veces y mató a la quinta. Pero había dado la dimensión de lo que es, un torerazo que dio una vuelta al ruedo después de haber pinchado en reiteradas ocasiones- el pitón malo fue el complicado, por eso El Juli se montó en lo alto por ese pitón. Se lo debía a Sevilla y Sevilla supo agradecerlo.

 

El triunfador de la tarde fue Alejandro Talavante que cortó dos orejas al tercero. Menudo toro le tocó. La estampa era de cartel, de remate, de presencia, de cara de bondad y tenia bonitos hasta los andares. Parece ser que la gente no se había dado cuenta de la calidad del toro, e incluso alguno apuntaba que no era un animal bravo, pero se equivocaron de todas todas. Oju que barbaridad, que manera de arrancarse, que forma de embestir, de meter la cara, de arrastrar los hocicos por el suelo…una bendición de toro, vamos. La primera carencia del torero fue no darle al toro ni la distancia que pedía como bravo, ni el sitio, y lo toreó en el tercio, debiendo haber sido en los medios. ¿Hay algo más bonito que ver embestir a un animal bravo en los medios arrancándose de lejos?. Bien estuvo el chaval, pero según mi impresión debería de haber cortado solo una y creo que al presidente se le fueron las manos a los dos pañuelos demasiado rápido. Pera solo es mi opinión, aunque no he sido la única en pensarlo. Excelente toro Lavador, nº 71 de El Ventorrillo. Le enganchó en demasía en el capote y ahora dirán que fue por el viento. Prácticamente lo dejó entero en el caballo y llegó a la muleta pronto, con mucha transmisión y calidad. En los primeros compases Talavante parecía no haberse enterado de lo que tenía delante, fue a partir de la tercera serie de derechazos con cambio de mano por la espalda de la firma cuando el de Badajoz empezó a estar más a su altura. El run run de la plaza era impresionante y se veía venir el triunfo porque la calidad del toro era desbordante. La faena estuvo llena de pases de detalle como trincherillas por bajo, por alto, cambios de mano por la espalda después de un derechazo y a continuación un natural. Entró a matar de forma sorprendente y el toro cayó sin puntilla. Tal y como apunte antes, Murillo creo que sacó los pañuelos demasiado pronto pero era el el presidente y no yo. En cambio en el último, que no fue mejor que los toros del Juli, Alejandro dejó ver de nuevo sus carencias. Al toro bueno lo torea, y al malo no sabe por donde cogerlo. Así que nada por el derecho, nada al natural y entramos a matar. Así se arreglan pronto las cosas, es que no quiso saber na de na. Se perdió la segunda puerta del príncipe de la tarde (inmerecida creo, eso sí).

 

En el primero del Cid no tuvo opciones el torero. El toro tenía clase y obedecía los engaños, pero le faltaba raza. Tres cortas series por el pitón diestro y una al natural fueron suficientes para calar al toro, que no tenía fijeza y que hasta el segundo se lo tragaba, pero el tercero ni por asomo. El quinto fue devuelto y salió en su lugar Terciopelo, nº 4 del Ventorrillo, premio para la feria asegurado y si no se lo dan es por no hacer más daño del que se le ha hecho al de Salteras. Alcalareño saludó montera en mano después de ver como se caían los palos del segundo par el albero mientras tocaba la banda de Tejera. Lo vio El Cid pronto y lo enseñó antes todavía. Se fue a brindarlo y lo citó desde los medios dándole toda la distancia del mundo. Que belleza viendo embestir al toro de forma suave como el «terciopelo». Dos series de mano baja y de trazo largo por el pitón derecho y otras dos al natural a cámara lenta, cambio de mano de la firma, y en cuanto le sacó del toreo puro y dio un afarolado y el toro le tropezó la muleta, perdió el engaño el de Salteras y se rebosó de toro. Se fue a por la espada pero el toro llevaba mucho dentro aun, pero Manuel Jesús ni lo intentó y eso se fue en su contra. En otro momento lo habría exprimido y toreado a placer hasta la saciedad. Mató de estocada y aunque se pidió la oreja con carencias en tendidos 1, 3 y 5, el presidente no quiso darla porque creyó que el toro era de faena de dos orejas y que el de Salteras no había estado a la altura. Se quedo en el callejón, sin querer salir a saludar y pensando que había hecho mal para merecer el revés del presidente Murillo. Ese toro habría merecido la vuelta al ruedo, pero el público no la pidió, así que se fue Terciopelo con las orejas para dentro y ya habrían sido un total de ocho, o sea, un triunfo de esos pa´ llevarse hablando de el toda la feria.

 

 

 

 

 

      2642009582311~1240737838953.jpg  Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz