Se sabe que en cualquier pueblo del interior de un país taurino existe la posibilidad de montar un espectáculo que permita arraigar la afición, impulsar la Fiesta Brava e indudablemente que ello debe ser organizado por un empresario o empresa que demuestre capacidad organizativa, confianza en quienes se retratarán en la taquilla que esperan no ser timados con suspensiones ilógicas, carentes de seriedad empresarial.

 

Seriedad empresarial ante todo, debe prevalecer en nuestra Fiesta Brava, así de sencillo.

 

En lo que toca a Venezuela, fuera de las Ferias Taurinas de relevancia ya consolidadas, ya es tiempo que en los pueblos del interior del país se imponga la seriedad empresarial a la hora de anunciarse un espectáculo taurino porque quien o quienes hacen la inversión, deben tener suficiente respaldo financiero, credibilidad, organización y en ello, deben estar claros y pendientes, las Autoridades Municipales, los Gremios y Comisiones Taurinas, de tal forma que el aficionado no sufra decepciones cuando suspenden los festejos aduciendo razones que dan pena ajena.

 

La Seriedad empresarial debe prevalecer en la organización taurina pueblerina venezolana.

 

Cansa anunciar un espectáculo para un pueblo, cartel de  alternantes, definido y sin definir el encierro a lidiar, que luego suspenden porque las Autoridades Municipales no apoyaron, que no se vendieron suficientes entradas, que el Ganadero se afinco en la venta de novillos y toros, que sí los adversarios a lo taurino presionaron, que si esto y aquello, y pare de contar las excusas, cuya secuela es la desbandada del aficionado y el detrimento de la Fiesta Brava.

 

Existen Empresarios responsables pero también hay unos cuantos irresponsables, carentes de seriedad y «al que le caiga el guante que se lo plante» pero es tiempo ya, el deslastre de estos usureros de lo taurino que corren a la afición, dañan la Fiesta Brava.

 

Apenas arranca el 2012, vienen por delante en Venezuela las Ferias Taurinas de primera categoría, las de los pueblos del interior organizadas por empresarios responsables e irresponsables, estos últimos a quienes hay que exigirles y conocer a fondo, su credibilidad, seriedad organizativa ya que es preferible no permitirles que den el espectáculo si no garantizan de antemano, como debe ser, su realización y en ello, tienen la palabra, las Autoridades y Gremios Taurinos como las Municipales para evitar se siga mancillando a la afición como a la Fiesta Brava en sí.