RAFAEL RODRIGUEZ DOMINGUEZ “EL VOLCAN  DE AGUASCALIENTES”

Por Francisco VARGAS M.

 

 

 

Rafael Rodríguez nació un 17 de agosto de 1926, y toreo por primera vez en la plaza San Marcos un 4 de abril de 1948, en lo que fue un festival a beneficio de la cruz roja, brindando la muerte de su astado de la ganadería de Garabato al Dr Óscar Hernández Duque.

 

El 18 de julio de 1948 torea su primera novillada formal de luces cortando las dos orejas de su segundo novillo de Peñuelas, tarde donde compartió cartel con Tacho Campos y Juventino Mora.

 

Se presentó en la plaza México el 5 de septiembre de ese mismo año de 1948 donde alterna con el también aguascalentense Valdemaro Ávila y Manuel Capetillo quienes matan un encierro de la ganadería de Pasteje cortando las orejas y el rabo a “Panadero”.

 

Una semana después repite el triunfo en la misma plaza México en la tarde donde hace el paseíllo con Ramón López y el colombiano Nito Ortega con ganado de Zotoluca, cortando Rafael Rodríguez cuatro orejas y dos rabos, lo que lo pone una vez que le corta los máximos trofeos esa misma temporada a “Toledano” de Coaxamalucán y “Bolchevique” de Zotoluca, como el  novillero puntero.     

 

 

 

 

Debido a sus  éxitos y grandes triunfos inmediatamente toma la alternativa en la misma plaza México de manos del “faraón del toreo” Silverio Pérez, atestiguando la ceremonia Gregorio García, el 19 de diciembre con el toro “Morisco” de Coaxamalucán, al que le cortó una oreja y las dos orejas y el rabo a “Collarin”.

 

 

El 9 de enero de 1949 Rafael Rodríguez obtiene otro triunfo muy significativo en la plaza México, tarde donde comparte cartel con Silverio Pérez y Antonio Velázquez; le corta esa tarde las dos orejas y el rabo al toro “Visiton” de La Punta.

 

Posteriormente el 13 y 27 de marzo de 1950 corta orejas y rabos en cada tarde, ganándose el trofeo “al mejor quite de la temporada”, mismo que hizo por fregolinas.

 

El 16 de mayo de 1951 se presenta en Madrid en la feria de San Isidro para confirmar su alternativa con el toro “Guitarrero” de la ganadería de Felipe Bartolomé al que le cortó una oreja; fue su padrino Pepe Luis Vázquez y el testigo Manolo González.

 

En 1955 el 7 de agosto sostiene un gran mano a mano con “el poeta del toreo” Don Alfonso Ramírez “El Calesero” lidiando a muerte toros de Torrecilla cortándole las dos orejas a uno de regalo de nombre   “Tapatio” de la dehesa de Ramiro González.

 

El 25 de abril de 1959 en la plaza San Marcos, cuaja una de sus más grandes faenas al toro “Poeta” de la ganadería de San Mateo al que le corta las dos orejas y el rabo.

En unión de los también estupendos matadores  Jesús Córdoba y Manuel Capetillo, por sus grandes tardes que brindaron recibieron el calificativo de “los tres mosqueteros”.

 

 

 

Con la presencia en los tendido de la plaza San Marcos de “la diosa rubia del toreo” Doña Conchita Cintrón y de Don Rodolfo Gaona “el califa de León”, se despidió el 26 de abril de 1971 encerrándose con seis arrogantes toros de La Punta.   

 

 

Entre sus grandes amigos que tuvo que respaldaron su carrera se recuerda a don Rafael Hernández guerrero, don Jesús Pérez Jiménez, don Arturo Muñoz “La Chicha”, Don Jorge Avelar “El Trompelio”, y el gran aficionado Don Jorge López Yáñez “El Vago”.

 

El siempre recordado Don Rafael Rodríguez “El Volcán de Aguascalientes”  a quien cariñosamente se le decía también “Rafaelillo”, por su pundonor provocó una gran efervescencia y enorme revulsivo en la fiesta brava.  

El 16 de octubre de 1993, siendo las 2 de la tarde,  a la edad de 70 años en el hospital inglés de la ciudad de México, dejó de existir el gran y valiente matador de toros Don Rafael Rodríguez Domínguez “El Volcán de Aguascalientes”.

Su cuerpo fue trasladado a su querido Aguascalientes donde su féretro con sus restos fueron llevados al palacio de gobierno donde se montaron diferentes guardias de honor por personajes de la política, matadores de toros, familia taurina, aficionados y gente que lo admiro por su destacadísima y ejemplar trayectoria.

La misa concelebrada de cuerpo presente se celebró en la catedral de esta ciudad capital de Aguascalientes, misma que resultó insuficiente para dar cabida a todas las personas que quisieron acompañar a su ídolo “El Volcán de Aguascalientes”.

 

Como un merecido reconocimiento Rafael Rodríguez fue sepultado en la rotunda de los hombres ilustres.