Luis Miguel Encabo con el primero que de salida embestía con la cara arriba, sufrió un enganchón del capote al saludar al toro. El astado se quedó con el caballo en varas en larga pelea. Lo banderilleó cayéndose en la cara en el segundo par, sin consecuencias que lamentar. El toro acudió a la muleta con la cara a media altura y derrotando al final del pase, hasta que se rajó. Lo despachó de una estocada baja y un descabello. El cuarto que se lidió en quinto lugar, acusó poca fuerza y en varas no se empleó. Lo banderilleó con dos pares al cuarteo y uno al sesgo, clavando al hilo del pitón. Al comienzo de la faena el toro se dobló de manos y no había manera de hacer otra cosa que matarlo. Insistió en sacar muletazos perdiendo el tiempo y acabó de media delantera y ladeada, cinco descabellos, un aviso, muchos más descabellos hasta que dobló el morlaco. Hubo pitos para el diestro y el toro.

 

Fernando Cruz, torero de buen estilo, no pudo desarrollarlo por  culpa de sus oponentes. El segundo, que se iba suelto, lo recogió bien pero el toro no quería capotes y se fue suelto a la puerta de cuadrillas donde recibió el primer puyazo. El toro ante la muleta iba con la cara a media altura. Se dobló bien con él y ya no fue posible hacer más pese a la voluntad del diestro. El toro derrotaba al final de los pases y dobló por efecto de media contraria, sonó un aviso, y remató con el descabello al tercer intento el torero. Lidió al quinto en cuarto lugar, un toraco corto de cuello que peleó en varas atacando con fuerza y celo. En banderillas dio muestras que se había acabado. A la muleta llegó sin embestida y quedó a merced de las mulillas de pinchazo, un pinchazo hondo, tres descabellos, se acostó y remató el puntillero.  El que cerró festejo que lidió en sustitución de Salvador Cortés que se encontraba en la enfermería, fue un astado suelto de salida que en la primera vara descabalgó al picador, quedando encelado al caballo, al que sujetaba de la brida un valeroso monosabio. Recibió otra vara ya apagado de embestida. A pesar de la porfía del diestro no hubo nada que hacer y terminó de estocada corta, delantera y ladeada.

 

Salvador Cortés se las vio con el tercero que se salió suelto en varas. En el primer par de banderillas se cayó en la cara del astado el rehiletero Juan José Domínguez, al que hizo un quite oportuno el peón Luis Mariscal. El toro en los inicios de la faena tomó bien la muleta y el diestro lo llevó toreado y templado en una buena serie de derechazos. Después la faena bajó de nivel torero citando al toro fuera de cacho y cortando la ligazón de los pases hasta que el toro se cansó de embestir y fue cuando trató de obligarlo y en un muletazo, se quedó corto y lo corneó, pasando a la enfermería el sevillano. Al toro lo estoqueó Luis Miguel Encabo de un pinchazo y una estocada de la que salió por pies. Sonó un aviso y remató con el descabello.

 

La parte torista de la afición de Madrid esperaba más de este encierro y salió decepcionada del coso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España