El Fundi se encontró con el que abrió plaza, descarado de cornamenta y que de salida se iba suelto. En varas el toro peleó de trámite y dejó ver su falta de fuerza doblándose de remos. Así no había nada que hacer y lo despachó el diestro de Fuenlabrada de pinchazo hondo y descabello. Hubo pitos para el toro. El cuarto empujó fuerte y con celo al caballo en la suerte de varas. Fue el toro que llegó a la muleta con más energía y tras una faena con sabor torero lo despachó de estocada haciendo la suerte como mandan los cánones.

 

Sergio Aguilar vio como el primero de su lote volvía al corral por falta de fuerza. El sobrero de Hnos. Domínguez Camacho quedó descordado en varas, salieron a buscarlo los cabestros y ante la imposibilidad de movimiento del toro fue apuntillado. El segundo sobrero, de Torrehandilla, también dejó ver manifiesta flojedad de remos, y retornó igualmente a los corrales. El tercer sobrero del Conde de Mayalde, manso huyó de los capotes y que se enceló con el caballo en las dos varas que tomó. Echando la cara arriba y derrotando, quedándose corto, en un muletazo cogió al diestro, por suerte sin consecuencias mayores. Este insistió y el toro no mejoraba e incluso escarbaba antes de arrancarse. Como no había nada que hacer lo despachó atacando con el brazo suelto.Saludó desde el tercio. El quinto, abanto de salida, lo saludó por delantales de buen estilo que se aplaudieron. El astado peleó con celo en varas y frente a la muleta se dobló de manos en los primeros pases y cayó sin fuerza. Ya embistió con la cara arriba para defenderse, descompuesto desarmó al torero que voluntariosamente pero sin lógica alguna intentaba sacar una faena que era imposible. Rubricó de una estocada Aguilar y saludó desde el tercio.

 

Luis Bolívar se las vio con el tercero que peleó en varas encelado con el caballo y al salir sufrió una voltereta. Brindó su faena a su compañero Fundi y la inició por la derecha sufriendo el toro otra voltereta. A pesar de todo el toro se entregó ante la muleta y embistió a unos muletazos por la derecha rápidos y sin temple. Con el brazo suelto dejó una estocada caída, sonó un aviso y por fin dobló el toro. El diestro caleño saludó desde el tercio. El sexto, abanto de salida barbeó las tablas antes de emplearse poco en varas y en el primer muletazo sufrió una voltereta que le mermó las fuerzas. Se doblaba de manos y se mostraba corto de embestida sufriendo otra caída. Ante situación tan desoladora lo despachó con prontitud y buen criterio el torero colombiano.

 

Como la esperanza es lo último que se pierde a ver lo que nos depara el próximo festejo.