Todos, salvo el eral, se mantuvieron aplomados en la arena, sin pasar, calamocheando, desarrollando sentido desde el inicio. Uriel Moreno El Zapata, Israel Téllez y Juan Chávez, se mostraron voluntariosos -incluso hasta riñonudos- en sus intentos de faena, pero los toros no se prestaron para nada; El Zapata se distinguió en su segundo toro de nombre Domingo, en la suerte de banderillas, exponiéndose mucho y haciendo un tercer par portentoso, a contratablas, dejando un par de Calafia en muy buen sitio, después de haber recibido un fuerte empellón por parte del toro. Sin embargo, una soberbia estocada de Juan Chávez en su primer toro –que por cierto brindó al picador zacatecano Delfino Campos-, hasta la empuñadura y en muy buen sitio, le valió ser el triunfador de la corrida haciéndose merecedor del Rosetón de Plata que otorgó el Gobierno del Estado a través del Instituto Zacatecano de Cultura.

            Michelito Lagravere se echó al público a la bolsa, este niño de origen franco-mexicano, de tan solo 10 años de edad, hizo los deleites del público. Recibió a Monaguillo -eral de 275. Kg., con el número 466, cárdeno, nevado de los cuartos traseros, caribello y rabicano- por verónicas, hasta 5 logró hacerle desmayando los brazos con soltura, para rematar dos veces con una media. Monaguillo se mostró codicioso en los caballos y recargó con fuerza; al quite, Michelito ejecutó dos chicuelinas ceñidas, mostrando mucho valor y sobre todo ganas de agradar. Con la muleta, el niño torero, con mucho sitio, le alargaba los brazos al eral que pasaba con claridad y en la segunda tanda pidió La Marcha de Zacatecas; inicia la tercera tanda con el pase de la firma, 4 derechazos más y remata con el molinete; en la cuarta tanda cambia de mano por delante y remata por naturales; luego cambia de mano por la espalda para continuar con ayudados y finalmente hace una tanda a base de tres molinetes al hilo. Pincha a su toro y al segundo intento deja una estocada un tanto delantera, pero de efectos letales. El juez concede la única oreja de la tarde a petición del respetable y Lagravere da la vuelta al ruedo en hombros.

Previo a la corrida, en el patio de cuadrillas, la Peña Brava de Sol, develó una placa conmemorativa al picador zacatecano Delfino Campos –nacido en Miguel Auza, Zac.- por sus 41 años de vida profesional en la suerte de varas; el Dr. Carlos Montes de Oca, en representación de esta organización taurina zacatecana, fue el encargado de develarla. En la corrida, Delfino Campos, también fue homenajeado por el Gobierno del Estado, a través del Instituto Zacatecano del Cultura; homenaje muy justo al que se sumó el público de la plaza.

 

Jánea Estrada Lazarín

La Jornada Zacatecas