Si como torero tuvo clase y solera de estilo belmontino, y me cupo la oportunidad de hacer crónicas sobre sus actuaciones, como periodista poseía una pluma con calidad de estilo y claridad de ideas, como corresponde a quien se ha puesto delante de los toros con conocimiento de lo que es lidiar.
La dinastía torera de los Posada iniciada por su abuelo rejoneador y continuada por sus tíos Curro y Antonio, matadores de toros y su tío Faustino novillero, tuvo continuidad, tras él, en su hijo Antonio y actualmente en su nieto Ambel.
Siempre en el recuerdo queda Juan Posada, el colega y amigo.