Rafaelillo, torero puesto y curtido en corridas duras, lidió al primero que rebrincaba al tomar la muleta. Se fue haciendo con él metiéndolo en el engaño y realizó una buena faena sobre ambas manos con el defecto de alargar el trasteo. Entró con el brazo suelto dejando una estocada, sonó un aviso y dobló el toro. Hubo petición de oreja y dio la vuelta al ruedo el torero murciano. Al cuarto, descarado de cornamenta, que embestía largo, humillado, con nobleza y repitiendo las arrancadas, le realizó una buena labor a tenor de la condición del toro y gustándose en varios pasajes. Entrando con el brazo suelto dejó media estocada tendida que fue definitiva y fue premiado con oreja mientras que el toro, primer gran ejemplar de la feria, era fuertemente ovacionado en el arrastre.

 

Fernando Cruz sorteó un segundo suelto de salida que en banderillas terminó con querencia a los adentros y obligó a Juan Navazo a ejecutar un par al sesgo extraordinario por lo que recibió una gran ovación. El toro llegó a la muleta con arreones y tirando gañafones. Le presentó cara con voluntad y valor el diestro madrileño para despacharlo de una estocada de buena ejecución y descabello. El quinto, remiendo de Fernando Peña, de salida se vencía por el derecho y llegó al último tercio parado, obligando al diestro a meterse en su terreno para sacar algunos pases meritorias, aunque debió de cortar las series de muletazos antes de cuando lo hizo. Tras una estocada recibió un aviso y remató de un descabello.

 

José Miguel Pérez “Joselillo” tuvo en el tercero un toro abanto de salida. Con la muleta se dobló bien por bajo para sacar series de pases hasta que el toro se vino abajo. Tras una estocada atravesada sonó un aviso, dejó un metisaca, dos pinchazos y estocada y el toro quedó para el arrastre. El sexto, picado en contraquerencia y a favor de querencia, en banderillas se arrancó fuerte y cortando el viaje por el lado derecho. Con el mismo defecto el astado llegó a la muleta y el diestro en vez de doblarse como procedía su lidia para someterlo, lo citó con la derecha por donde se le venció dos veces, intentó por la izquierda y resultó cogido aparatosamente y corneado. Pasó a la enfermería y Rafaelillo despachó al agresor con brevedad. Repetidas veces estamos viendo en los festejos taurinos falta de concepto de la lidia y excesos de pases. Lamentablemente provoca avisos de la presidencia y percances que no deberían de suceder.

 

 

 

     Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España