Su primer toro lo recibió a la verónica y lo cuidó en el caballo, tenía muy buen fondo y una embestida de calidad. El comienzo de faena se cimentó sobre la mano derecha con series llenas de ligazón y temple, para más tarde, torear también con gusto al natural al de San Miguel. Hubo también un par de series cargadas de diversos muletazos, naturales, circular invertido, cambios de mano y remates con pase largo de pecho o trincherazo. A la hora de entrar a matar fue un auténtico cañón, y se tiró a morir atracándose de toro siendo prendido de muy fea manera por la chaquetilla, afortunadamente sin consecuencias. Cortó una oreja de ley, de esas que de verdad tienen peso en Sevilla. El público solicitó la segunda que no fue concedida acertadamente por Anabel Moreno. Quizás, su único fallo fue dar la primera oreja muy rapidamente. El joven albaceteño dio dos triunfales vueltas al ruedo aclamado y alentado por el respetable. En el que cerraba plaza pudo haber cortado otra oreja de no fallar con los aceros, lo toreó básicamente sobre el pitón derecho por donde tuvo una embestida muy noble aunque le faltó un puntito de raza para alcanzar la transmisión deseada. Aún así estuvo bien con él, pero el toro se echó y después falló al entrar a matar, recibiendo una fuerte ovación desde el tercio. De momento, ya se ha ganado la repetición en Abril.

 

Salvador Cortés se enfrentó en primer lugar a un mansito que tenía un poco de genio y que él de Mairena aprovechó hasta el final, sacándole todo lo que tenía dentro. Salió el sevillano muy dispuesto a recibirlo con verónicas a pies juntos. No le dio ninguna coba en el caballo y lo dejó crudito para poder pelearse con él. Se fue al quite por chicuelinas Pinar, siendo muy aplaudido. Brindó Cortés al público, citando luego de lejos y dándole su distancia y su tiempo al toro. Aprovechó de manera inteligente y muy dispuesto ese genio del astado para moverlo, y la inercia de mansito para sacarle todo lo que tenía. Se gustó en muletazos largos y templados muy variados. Fue la faena de más a menos conforme el toro se iba apagando hasta terminar rajado, por lo que al diestro le costó trabajo entrar a matar, ya que no le ayudaba en nada. El quinto, el más feo de hechuras,  necesitaba que estuvieran con él muy firme y le dieran su sitio, y sobre todo su tiempo entre muletazo y muletazo para irse convenciendo, así lo hizo el sevillano pero el toro no le ayudó y no pudo sacar nada claro. La espada tampoco entró a la primera y fue silenciado de nuevo. Seguro que también tiene su repetición ganada en Abril por su actitud y disposición, aunque ya la tenía ganada por la oreja que le cortó a un Palha además de la oreja que cortó en el Corpus.

Luis Bolívar no tuvo un buen lote para lucirse, pero le faltó disposición y ganas para montarse en lo alto. Su primero, vacío de casta y raza se echó en el comienzo de faena y sólo pudo irse a por la espada y acabar con él. En su segundo mejoró su actitud, pero éste tampoco le ayudó, y a pesar de intentarlo por los dos pitones, tampoco pudo hacer faena. Mató de una buena estocada y también fue silenciado, al igual que en su primero.

 

 

 

 

 

   Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz