El Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro se ha pronunciado nuevamente frente a su decisión de no arrendar la Plaza de Toros La Santamaría; para espectáculos taurinos que incluyan la muerte de los animales.

 

Textualmente Petro dijo: “Hará parte del sistema de educación distrital, en el que los mejores poetas y escritores se reunirán con los estudiantes de nuestros colegios públicos para dictar clases de literatura y letras, haciendo parte de la cadena de establecimientos culturales y educativos“.

 

Estas declaraciones hechas ayer ante los medios de comunicación han despertado la incoformidad de los aficionados taurinos de la ciudad de Bogotá, que además de ser una minoría de la capital son ciudadanos que cumplen con sus obligaciones con el distrito y que exigen que se respeten sus derechos; así como se exige por parte del gobierno el cumplimiento de sus deberes.

 

Ya está bien de tantos atropellos por parte del Sr. Petro, quien más que un Alcalde se ha convertido en un capataz o dictador de la ciudad… ¿ Acaso no es obligación de un gobernante procurar la protección de las minorías en su ciudad?.

 

¿Cómo va a responderle Petro a Bogotá por los 5.000 millones de pesos que va a dejar de recibir la ciudad, por efectos de la “cancelación” de las temporadas 2013, 2014 y 2015?

 

El Dr. Felipe Negret Mosquera, gerente general de la CTB, no tardó en responder a la intransigente posición del mandatario local; “la decisión no solo es una amenaza contra las libertades individuales sino que se cae en un “clarísimo” detrimento patrimonial”.

 

La verdad hasta el momento no está totalmente dicha, es verdad que un Alcalde tiene autonomía en cierta toma de decisiones; pero esto no quiere decir que no hay estamentos legales que investiguen si las decisiones de un mandatario, son arbitrarias o no.

 

Queridos aficionados existe un adagio muy popular que dice: “La unión hace la fuerza”, llegó el momento de aplicarlo… no podemos permitir que el gobierno de turno modifique, trasgreda y trastorne nuestras tradiciones culturales.