En estas líneas quiero expresar un merecido recuerdo a la figura de Pepe Gallardo, un gran matador de toros que pudo haber llegado a ocupar un lugar importante dentro de la historia del toreo. Algunos graves percances sufridos y el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, truncaron su prometedora carrera taurina. Gallardo, tenía el estilo propio de la escuela “rondeña”. Se destacó por su gran valor, profundidad y personal manera de interpretar el toreo con el capote. Plasmadas quedaron para el recuerdo sus clásicas verónicas y variados quites. Fue un diestro inteligente que emocionó mucho al público por sus temerarias faenas de muleta, incluyendo, dentro de su repertorio, pases de rodillas pasándose al toro muy cerca y realizando valerosos desplantes. Con la espada, fue un decidido y certero estoqueador. Los que le conocieron personalmente, como mi abuelo Florencio Gómez Núñez, lo recordaban como una persona muy agradable y simpática. En su etapa de novillero tuvo mucho éxito; y posteriormente, como matador de toros, fue idolatrado en Barcelona, Andalucía y el sur de Francia.

Destacando algunos aspectos de su vida, José Gallardo Montesino, ampliamente conocido en el ámbito taurino como Pepe Gallardo, nació en Barbate, el 4 de junio de 1909. Sin embargo, en varias reseñas de prensa de la época decían que era de Chiclana. Su familia era bastante acomodada y se aficionó desde temprana edad por la música (tocaba el piano) y por la práctica de los deportes como el fútbol y la hípica, ya que fue un buen jinete.

Su afición por los toros, se inició en su niñez, cuando en el Colegio de Padres Escolapios de Sanlúcar de Barrameda, se celebró una becerrada a beneficio de la Congregación Calasancia y Pepe Gallardo se ofreció a matar uno de los becerros, estando muy bien. Al terminar sus estudios de bachillerato, decidió con determinación e ilusión ser torero, a pesar de que su familia se opuso a ello por el peligro y sacrificio que representaba esa profesión.

Conservaba en su casa, como una reliquia de museo, la vieja motocicleta donde se trasladaba en sus comienzos como torero y en la que sufrió varios accidentes. Se inició participando en festejos menores y festivales en las plazas de Andalucía, a partir de los años 1929 y 1930. En 1931, toreó unas doce novilladas con caballos, obteniendo grandes triunfos en las plazas de Jerez de la Frontera, Cádiz y San Fernando, entre otras. Era pariente de los ganaderos Gallardo.

La empresa Dominguín lo contrató, siendo un ídolo de la afición andaluza, para debutar como novillero en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias. El 10 de abril de 1932, en ese coso taurino, se lidiaron novillos de don Victorio Torres, de Colmenar, para los novilleros Ricardo González y los debutantes Ángel Rey Conde (de Bilbao) y Pepe Gallardo (de Cádiz). Los presentes en la plaza, observaron y se percataron de las magníficas condiciones del novillero gaditano, en su faena con el capote y en la manera de ejecutar la suerte suprema. Mató de dos grandes estocadas. Cortó una oreja y dio la vuelta al ruedo a hombros de los entusiastas. Pepe Gallardo fue el triunfador esa tarde.

El 8 de mayo de 1932, nuevamente, en la plaza de toros de Tetuán, Pepe Gallardo conquistó otro triunfó cortando una oreja, luciéndose con el capote y las banderillas. Realizó con la muleta una faena muy ceñida y valiente. Recibió un fuerte varetazo en el muslo derecho, dando una voltereta, pero continuó su faena sin inmutarse. Dio pases por alto, de pecho, naturales, afarolados, de rodillas, tocándole los pitones a su enemigo, culminando la faena de una fulminante estocada, liquidando al novillo sin puntilla, confirmando su fama de gran estoqueador.

El 5 de junio de 1932, Pepe Gallardo debutó en la plaza de toros Monumental de Barcelona (España), lidiando novillos de Murube, en compañía de Ricardo González y José Españó “Niño de la Brocha”. El triunfador esa tarde fue Gallardo, revelándose como un torero excepcional. Toreó maravillosamente a la verónica y con la muleta hizo una faena corta y dominadora. Dio una vuelta al ruedo, en su primer novillo. A su segundo, lo toreó fenomenalmente con el capote y con la muleta estuvo estupendo realizando una faena muy variada. Lo premiaron con una oreja, sacándolo a hombros de la plaza.

Fue tan grande, el debut de Pepe Gallardo en la Monumental de Barcelona (España), que para su reaparición, el 12 de junio de 1932, en esa plaza, lo anunciaron hasta en los tranvías. Esa tarde, se lidiaron novillos de Pablo Romero, para los novilleros Capiller, Pepe Gallardo y “Gitanillo de Camas”. Fue la segunda presentación de Pepe Gallardo ante esa afición, después del éxito obtenido la semana anterior. Pepe Gallardo fue el triunfador, al cortarle las dos orejas y el rabo a su primer novillo. En su segundo, fue ovacionado, teniendo que salir a saludar a los medios, siendo sacado a hombros de la plaza. Capiller fue corneado al entrar a matar a su primer novillo y “Gitanillo de Camas” causó buena impresión, cortando una oreja a su primer novillo.

El 19 de junio de 1932, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, se lidiaron cinco novillos de Pérez de la Concha y uno de Villamarta, para los novilleros Pepe Brageli, Pepe Gallardo y José Gómez “Sevillanito”. Había mucha expectación por ver debutar a Pepe Gallardo en esa plaza. En su primer novillo dio una vuelta al ruedo con petición de oreja y en su segundo escuchó fuertes palmas.

El 24 de junio de 1932, en la plaza de toros Monumental de Barcelona (España), Pepe Gallardo se enfrentó con novillos de Pérez de la Concha, alternando con los novilleros “Niño de Haro” y “Gitanillo de Camas”. Gallardo, continuó demostrando sus buenas facultades de futura promesa del toreo ante sus dos novillos. Realizó una faena dominadora e inteligente y mató sin puntilla a su primer enemigo, siendo premiado con una oreja. A su segundo novillo, que brindó al matador de toros Nicanor Villalta, le realizó una faena superior, matando en forma fulminante, otorgándosele la oreja y el rabo, siendo aclamado y sacado a hombros de la plaza.

Pepe Gallardo, siguió sumando otros triunfos como el 3 de julio de 1932, en Cádiz, lidiando novillos de Mora Figueroa, junto a Leopoldo Blanco y “Rebujina”, cortándole las dos orejas y el rabo a su primer novillo, convirtiéndose en el triunfador de la tarde. En Azpeitia, cuando fueron organizadas dos novilladas, una el 31 de julio y otra el 1 de agosto de 1932, lidiando reses de don Ernesto Blanco, Pepe Gallardo cortó las dos orejas y rabo al último novillo de la primera tarde. En la segunda, estuvo colosal Pepe Gallardo, que cortó las dos orejas a los dos novillos que le tocaron en suerte.

Las exitosas presentaciones de Pepe Gallardo, lo convirtieron en la máxima figura novilleril del año 1932. Toreó unas 24 novilladas ese año. Fue el novillero favorito de la afición y las plazas de Cádiz, Sevilla y Barcelona (España) se disputaron su alternativa. El crítico taurino “Don Ventura” señaló: “Pocas alternativas se han concedido tan merecidas como la de Pepe Gallardo”.

El 25 de septiembre de 1932, en la plaza de toros Monumental de Barcelona (España), Pepe Gallardo tomó la alternativa como matador de toros. Su padrino fue Manuel Jiménez “Chicuelo” y el testigo de la ceremonia Vicente Barrera. Se lidiaron toros de Julián Fernández (antes de Vicente Martínez). Lamentablemente, los toros de la corrida salieron mansos, incluyendo el toro de su alternativa de nombre “Regatero”, al que Gallardo realizó una faena valentísima y dominadora. El diestro gaditano cumplió y logró sacarles partido a sus enemigos haciendo que el público solicitara las orejas. Dio una vuelta al ruedo en su primer toro y fue muy ovacionado en su segundo. En esa época lo apoderó Antonio Conde.

El 28 de septiembre de 1932, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, marcaría el debut de Pepe Gallardo como matador de toros en ese histórico coso, durante la Feria de San Miguel, lidiando reses de Pallarés, en compañía de los diestros Fermín Espinosa “Armillita” y Domingo Ortega. El mexicano “Armillita” cortó las dos orejas y el rabo del cuarto toro de la tarde. Ortega y Gallardo, estuvieron bien, cortando cada uno, una oreja.

El año de 1932, el maestro Tomás Fernández Iruretagoyena le compuso el pasodoble “Pepe Gallardo”, en su honor.