En el marco de los 80 años de la inauguración de la Plaza de Toros Maestranza de Maracay (Venezuela), he querido recordar en este artículo, el gran triunfo alcanzado por el diestro español José “Pepe” Amorós Cervigón en tierras venezolanas.

Pepe Amorós, nació en Salamanca, el 19 de marzo de 1913. Su afición a los toros le fue transmitida por su hermano mayor Eladio Amorós, quien también llegó a ser matador de toros. Toreó por primera vez en público en la Plaza de Toros de Salamanca, y se vistió de luces por primera vez en Arcos de Jalón (Zaragoza) el año 1927. Ese mismo año, se presentó en la Plaza de Tetuán de las Victorias (Madrid). Participó el año de 1928 con bastante aceptación y consiguió torear unas 25 novilladas en el año 1929 con gran éxito.

Como novillero, el año de 1930 toreó en: Valencia, Barcelona, Bilbao, Madrid, San Sebastián, Zaragoza, Castellón, Alicante, Murcia, Cádiz, Salamanca, La Línea, Alcira, Azpeitia y La Coruña. En total unas 23 novilladas. Se le suspendieron varias y tomó parte en algunos festivales. “Uno al Sesgo” se refirió a Pepe Amorós en el año 1930 como un diestro “con amplio repertorio y excelente estilo con la capa, dominador y artista con la muleta, banderillero fácil y elegante y buen estoqueador tantas veces como se lo propone, existen posibilidades en este muchacho para escalar un alto puesto en el escalafón y culpa suya será si no lo consigue”.

El 3 de abril de 1930, se presentó en Madrid alternando con Gil Tovar y Pepe Bienvenida, lidiando novillos de María Montalvo.

El 26 de mayo de 1930, en Zaragoza, Pepe Amorós, a su segundo toro, quinto de la tarde, le cortó las dos orejas y rabo, siendo el triunfador alternando con Sidney Franklin y Félix Rodríguez II, lidiando seis novillos de don Luis Bernaldo de Quirós (antes del Duque de Tovar).

Tomó la alternativa en San Sebastián, el 10 de agosto de 1930, lidiando reses de Coquilla. Su padrino de alternativa fue Antonio Márquez y los testigos fueron Marcial Lalanda y Vicente Barrera. El toro de su alternativa se llamó “Cara de Rosa”, marcado con el número 46. Terminó ese año con siete corridas toreadas. Un percance sufrido en la plaza de toros de Barcelona, dislocándose un tobillo, le hizo perder diez corridas más que tenía firmadas. Sus actuaciones posteriores a su alternativa ese año de 1930 fueron en: Gijón, Alcoy, San Sebastián, Barcelona, Quintanar, Valladolid y Jaén.

El 30 de abril de 1931, confirmó la alternativa en Madrid actuando con Joaquín Rodríguez “Cagancho” y Vicente Barrera. Su padrino de confirmación “Cagancho”, le cedió el toro “Canoso”, de la ganadería de don José Manuel Puente, al que Pepe Amorós le realizó una buena faena, siendo muy ovacionado con el capote y las banderillas. Con la muleta estuvo valiente, colocando una gran estocada, cortándole una oreja al toro de su confirmación. En su segundo toro, también demostró arrojo y voluntad. Tuvo ese año grandes actuaciones en: Cáceres, Málaga (el día del Corpus) donde armó un gran triunfo cortando las orejas a sus dos toros, saliendo a hombros. La crónica taurina reseñaba: “Hay en Pepe Amorós, juventud, entusiasmo, un valor sin límites, un arte depuradísimo y dominio completo de todas las suertes del toreo”.

El 9 de julio de 1931, en la Feria de San Fermín de Pamplona (España) se presentó la corrida más triunfal de la feria. Se lidiaron seis toros de Manuel Blanco para los diestros Antonio Posada, Cayetano Ordóñez “Niño de la Palma”, Vicente Barrera, Manolo Bienvenida, Saturio Torón y Pepe Amorós. Antonio Posada cortó una oreja al primer toro de la corrida. Saturio Torón cortó una oreja al quinto toro de la corrida. Pepe Amorós cortó una oreja al sexto. Los demás diestros no pudieron llevarse ningún trofeo. Pepe Amorós y Saturio Torón fueron sacados a hombros de la plaza.

Pepe Amorós, tuvo importantes triunfos, el 15 de septiembre de 1931, en Aranda de Duero y el 21 de septiembre de 1931, en Salamanca, donde cortó las dos orejas y rabo. Toreó ese año en España, unas 26 corridas de toros.

Viajó a México en el año 1931 y tuvo mucho éxito. La prensa lo llamó “Catedrático del toreo de la Universidad de Salamanca”. Había viajado con solamente tres corridas de toros contratadas y llegó a torear catorce corridas, en las plazas de: Pachuca, El Toreo, Guadalajara, León de las Aldamas y San Luis de Potosí.

En el año 1932, su apoderado era Don Antonio Lozano. Ese año toreó un total de 12 corridas en: Lisboa, Madrid, Zaragoza, Alicante, Olivenza, Bilbao, Melilla y Aranda.

DEBUT EN VENEZUELA

El 23 de octubre de 1932, torearon en el Nuevo Circo de Caracas, los diestros Pepe Amorós, que debutaba en Venezuela, el mexicano Heriberto García y el español Saturio Torón, lidiando reses criollas. Aunque los diestros estuvieron voluntariosos, el ganado no colaboró.

El domingo 13 de noviembre de 1932, en el Nuevo Circo de Caracas, se realizó una corrida de toros donde se lidiaron tres toros españoles de Nandín, Carriquirri y Surga y tres criollos de Juan Vicente Ladera, para el diestro venezolano Julio Mendoza Palma, el mexicano José González “Carnicerito de México” y el español Pepe Amorós. A esta corrida asistió el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Hubo un lleno impresionante en la plaza. Julio Mendoza a su primer toro, luego de brindar al General Gómez, realizó una gran faena, de mucho valor, que fue premiada con oreja y rabo. Pepe Amorós a su primer toro (criollo) lo toreó muy bien por verónicas rematando con un adorno pinturero. Luego, realizó una faena larga y completa que culminó con una gran estocada, recibiendo las orejas y el rabo, siendo muy ovacionado. A su segundo toro, de la ganadería de Cobaleda, Amorós le realizó una faena que fue premiada con palmas. “Carnicerito de México” a su segundo toro, de la ganadería de Nandín, le realizó una temeraria y larga faena que culminó con una gran estocada, muriendo el toro sin puntilla. La ovación fue delirante y se le concedieron las orejas y el rabo, saliendo a hombros de la plaza hasta el hotel donde se hospedaba.

APOTEÓSICO TRIUNFO EN LA MAESTRANZA DE MARACAY

Mi abuelo Florencio Gómez Núñez y su hermano Juan Vicente contrataron a Pepe Amorós, porque había demostrado ser un torero muy valeroso y artista. Su toreo les gustó mucho después de verlo realizar aquella excelente faena en el Nuevo Circo de Caracas, el 13 de noviembre de 1932, cortando orejas y rabo.

El sábado 21 de enero de 1933, Pepe Amorós participó en la segunda corrida de la recién inaugurada Plaza de Toros Maestranza de Maracay (Venezuela). Se lidiaron tres toros de la respetada y temida ganadería de “Miura” y tres toros de “La Providencia”, propiedad de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez. Pepe Amorós fue el triunfador de la tarde, alternando con los diestros españoles Manolo Bienvenida y Pepe Gallardo.

La crónica taurina describió lo acontecido aquella memorable tarde del diestro Pepe Amorós:

“Maracay, 21 de enero, 1933.- Por fin llegó el tan ansiado debut de la fatídica divisa verde y negra. A la hora anunciada hacen el despejo las cuadrillas capitaneadas por Manolo Bienvenida, Pepe Amorós y José Gallardo, yendo al frente, montado en briosa jaca castaña, el rejoneador Miguel Cuchet, quien luego obsequia a la concurrencia con algunos vistosos regates, en los que pone de manifiesto sus habilidades de jinete, haciendo mutis por la puerta de arrastre. Preside la corrida el Supremo Magistrado de la Nación. El maravilloso cielo de Aragua luce su mejor terno: azul y oro.

Nuevamente la ganadería del hierro 19 ha enviado un lote de toros de inmejorable trapío. Igual que la primera tarde, esta vez los colores de la divisa de los hermanos Gómez Núñez se han anotado un bello triunfo. Las reses de “La Providencia” han sacado una presentación impecable, acusando romana, bravura, respeto y poderío. En el encierro de hoy han sobresalido dos estupendos ejemplares, ideales para el torero. Ambos toros, con pelo berrendo en negro, merecieron ser ruidosamente aplaudidos en el arrastre, dándosele al jugado en primer término dos vueltas de honor antes de llevárselo las mulas.

Pepe Amorós ha sido el triunfador de esta segunda corrida de feria. Con el capote cinceló arabescos, ajustándose en todo momento con sus adversarios, que rozaban constantemente con la cornamenta las piernas del bravo lidiador. Las verónicas de Amorós bien podrían servir de modelo para futuras generaciones de coletudos. Con su primer bicho, de “La Providencia”, enloqueció a la multitud toreando con capa y muleta. Aquello fue una borrachera de arte, temple y valentía. La faena de muleta que realizara en este toro el mozo salmantino colmó el paladar de todos los aficionados, a quienes se le salía la baba viendo cómo el joven estilista de la tierra de Unamuno, con los pies atornillados en la arena y moviendo únicamente los brazos, que parecían de seda, hacía pasar una y otra vez al bravo media casta, prendido a los vuelos de su prodigioso yagalejo. Perfilado en corto y dejándose ver, atizó un soberbio estoconazo en la yema, que hizo polvo al mestizo.

La parroquia pidió la oreja y el rabo del media casta para Amorós, siendo concedidos ambos trofeos. Bien lo merecía el formidable espadazo, en el que Pepe metió la mano, la bordada hombrera y todo lo que había que meter!

“Velludo” se llamaba su enemigo Miura, que no dio buena pelea. Después de veroniquiarlo regularmente, requirió banderillas. Amorós clavó un par sin pena ni gloria. Tras una faena valerosa y ajustada, colocó medio estoque en buen sitio, echándose el de Miura, que pasó a manos de Manforte. Pepe escuchó una ovación, recibiendo la oreja y el rabo”.

(“Conde Federico”, Diario “El Universal”, 22 de enero de 1933).

Al día siguiente, en los alrededores de la Maestranza de Maracay, los aficionados asistentes recordaban la fenomenal actuación de Pepe Amorós. El cronista Eliseo Delgado “Conde Federico” en el diario “El Universal” escribió:

“Maracay, 22 de enero, 1933.- La última corrida de feria hizo llenar el circo de bote en bote, agotándose las localidades. El General Gómez, asistente al espectáculo, fue objeto de prolongados aplausos al aparecer en el palco de honor. Momentos antes de empezar el festejo, se ovaciona ruidosamente a Pepe Amorós, el héroe de la segunda tarde de feria y ganador de la única oreja miureña cercenada en las corridas de inauguración de la “Maestranza” de Aragua. Todavía se habla con calor de la monumental faena de muleta realizada ayer por el joven catedrático salmantino y del formidable espadazo con que fue rubricada. Dicen que uno de los empleados del desolladero creyó encontrar dentro de la barriga del bravísimo toro media casta el brazo encairelado de Amorós”.

(“Conde Federico”, Diario “El Universal”, 23 de enero de 1933).

El 7 de mayo de 1933, en la tercera corrida de abono, en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron cinco toros de María Montalvo y uno de Aleas, para los diestros “Palmeño”, Saturio Torón y Pepe Amorós. En su primer toro, Pepe Amorós fue muy aplaudido y toreó muy bien con la muleta, cortando una oreja. Ese año toreó en España unas 15 corridas de toros.