Abrió plaza el caballista español Pablo Hermoso de Mendoza con el toro “Zancajero”, número 137 con 486 kilos, negro listón manso, montando a “Estella”. Luego del primer rejón de castigo, el de Rancho Seco saltó hacia el callejón, recordando a “Pajarito”, de esta misma vacada, que saltó hasta las barreras en una tarde en la que también estuvo Pablo en el coso de Insurgentes.  Colocó un segundo rejón, ambos en buen sitio. Estuvo toreando a la grupa a lomos de este hermosa yegua. Levantó la faena con las banderillas, montando a “Silveti”, quedando la primera un tanto caída pero con un lucido quiebre que le valió los primeros olés de la tarde. Prosiguió el tercio con “Caviar”, muy torero como su padre “Chicuelo”, con el que quebró de poder a poder y de pitón contrario así como dando vueltas en la cara del toro. Cerró con “Pirata”, del hierro de Lebrija, con banderillas cortas rodando en un palmo de terreno y terminar con un par a dos manos bien colocado. Tuvo poca suerte con el rejón de muerte y tuvo que descabellar . El segundo de su lote fue “Buscalindes”,  número 179 con 498 kilos de peso, castaño ojinegro, al que recibió montando a “Dalí” colocando sólo dos rejones de castigo. Montando a “Chenel”, máxima estrella de su cuadra, con el que cuarteó con gran arte y colocó la primera banderilla de un lucido quiebre. La segunda fue de una excelente ejecución, llevando a la grupa y cortando el viaje.  Con “Ícaro” estuvo dando cátedra de la doma de alta escuela y colocó banderillas rodando en un palmo de terreno, el equino mordió al astado del testuz lo cual lo llevó arriba y llamó la atención de la gente. Cerró con “Pirata” nuevamente, con el que puso banderillas cortas con mucho lucimiento y mató trasero con la hoja de peral, el caballo pegó la cabeza a la del toro quedando frente a frente, en un emotivo momento en que “Pirata” sentía que el burel estaba en sus últimos momentos de vida. Al no caer “Buscalindes”, Hermoso de Mendoza recurrió una vez al descabello. El juez le otorgó dos orejas que protestó al público y las tiró dando una ovacionada vuelta al ruedo. El toro recibió arrastre lento. No pudo repetir la hazaña de conquistar otro rabo en la México, el maestro navarro es el único rejoneador que ha cortado dos rabos en esta plaza.

Uriel Moreno “El Zapata” salió a reiterar su triunfo con “Berrinche”, número 193 con peso de 501 kilos, negro zaino, que recibió este nombre porque el ganadero se “aberrinchó” en llevarlo a la México por venir de Santa Coloma. El tlazcalteca lo recibió de un farol y después estuvo variado con el capote. Siendo un toro débil que había perdido las manos en dos ocasiones decidió cubrir el tercio de banderillas, y en el primero puso de cabeza la plaza repitiendo lo que él bautizó como “el par monumental” dando una vuelta al ruedo como premio, y el segundo fue al violín no pudiendo repetir el engaño, el tercero al cuarteo. Brindó al reconocido periodista y ganadero Carlos Loret de Mola, y arrancó a su faena con el imposible y después dos series por derechazos en las que el viento hizo presencia. Dio naturales con temple y buscó la variedad con la muleta. Tras una buena estocada recibió dos orejas. El segundo de su lote fue “Majadero”, número 17 con 485 kilos de peso, cárdeno bragado, que recibió de rodillas por largas cambiadas. Dejó al sobresaliente, el novillero Luis Gallardo, de azul pavo y oro, dar unos quites. En las banderillas no tuvo el mismo impacto, sin embargo, el tercer par fue aplaudido, colocado al violín tras un quiebro. Brindó a Carlos Salinas Pliego. Decidió abreviar y el público protestó. Era un toro peligroso al que a petición del público decidió buscarle pases. Finalmente, al no obtener respuesta del de Rancho Seco se lanzó a matar recibiendo las palmas de la concurrencia.

“Bochinche”, número 120 con peso de 496 kilos, negro zaino, que también quiso saltar al callejón chocando con las tablas en la puerta de cuadrillas. Mario Aguilar lo recibió a la verónica ante intermitentes ráfagas de viento y quitó por chicuelinas. Brindó a su amigo y con el que protagonizó grandes tardes como novillero, el matador Octavio García “El Payo”. Inició por derechazos ante un toro con el que estuvo siempre a disgusto. Dio un pase por la espalda, muy cerca, que le valió el aplauso del público. No estuvo certero con la espada y pinchó en cinco ocasiones para irse en silencio. Cerró plaza, con “Monarca”, número 116 con 512 kilos de peso, cárdeno bragado lucero, otro descastado que intentó brincar hacia el callejón. Recibió con bonitas verónicas y tras un buen puyazo de Ricardo Pacheco, el hidrocálido quitó por aplaudidas chicuelinas antiguas. Con la muleta estuvo muy dispuesto ante un astado que derrotaba de sobremanera. Intentó por ambos lados tratando de concretar series por derecha. El toro empezó a perder recorrido y Mario decidió ponerle fin a su faena. Luego de pinchar colocó todo el acero y recibió las palmas de la afición capitalina.

 

 

Para el 28 de febrero se anuncia la alternativa de Hilda Tenorio, primera mujer en la historia que tomará la borla de matador de toros en la México, de manos de Manolo Mejía que recientemente se la dio al “Calita” y como testigo Ruíz Manuel con toros de Autrique. Para el 7 de marzo se tiene pensada la presentación de Luis Bolívar con un imponente encierro de Barralva.

 

222201034821~12668693146520.jpg     Crónica de Paulina Romero Barrientos                                                      Fotografías de Gonzalo López   222201034821~12668693146681.jpg