El sevillano Oliva Soto compuso la faena con más interés de una tarde marcada por la mansedumbre de los toros de Alcurrucén y se llevó la única ovación del festejo. Tampoco Rubén Pinar y Miguel Tendero pudieron acercarse al triunfo con una materia prima que no se prestaba al lucimiento.

 

Ficha:

Se lidiaron toros de Alcurrucén, bien presentados. Destacó el cuarto.

 Oliva Soto, silencio tras aviso y ovación.

 Rubén Pinar, silencio y silencio.

 Miguel Tendero, silencio y silencio.

 Más de media plaza.

 Saludó en banderillas Javier Andana.

 

 Comentario:

 El primero de la tarde se comportó como manso desde que salió al ruedo, sin emplearse en el capote ni querer ir al caballo. Oliva Soto no tuvo opciones de lucimiento con este animal que además no resultaba fácil para el torero. La faena tuvo que ser breve.

 

Rubén Pinar se esforzó por sacar partido al segundo, otro toro manso que salía suelto de cada muletazo. Con oficio le plantó cara e impidió que se fuera hasta que el animal no quiso más y se defendió, poniéndolo en algún que otro aprieto. Pinchó antes de cobrar una estocada baja.

 

El tercero fue un toro bajo y muy bien hecho que también tuvo una buena dosis de mansedumbre. Apretó varias veces por el pitón derecho en el comienzo de faena, por eso Miguel Tendero tuvo que basar la faena en el lado izquierdo, sin poder conectar con el público por la falta de transmisión del toro, que siempre salía con la cara alta sin emplearse en ningún momento.

 

El segundo del lote de Oliva Soto se dejó más y el torero aprovechó para calentar el ambiente en las primeras series diestras. Sonó la música y el público agradeció su toreo ligado y sus remates con sabor. Por la izquierda bajó el tono de la faena. Pinchó antes de dejar una estocada entera. Fue ovacionado.

 

Rubén Pinar pasó apuros con el capote con un quinto toro que hizo cosas raras de salida, como si estuviera reparado de la vista. En el caballo denotó su mansedumbre y en banderillas empezó a pararse. De este modo, el torero no encontró enemigo y el público le pidió que acabara pronto con él. Lo mató de forma efectiva.

 

El toro que cerró la tarde tuvo también el problema de la mansedumbre, que puso de manifiesto en los primeros tercios. En la muleta se dejó en las primeras series y Miguel Tendero estuvo firme y correcto con él aunque sin poder llevar la emoción al tendido porque el de Alcurrucén no la aportaba. Mató de pinchazo y estocada.