Fuente: El Arte Taurino

Tenía la iglesia de Santiago algunos esclavos, llamados Zaden, Cadon y Anfilon, que acusaron en Oviedo delante del rey Bermudo II, al obispo de Santiago, llamado Atulfo de traición, asegurando que el obispo de Santiago había prometido a los moros darles la tierra si entrasen por Galicia poderosos.

El rey creyó a los moros y mandó venir ante sí al obispo, que hijo del traidor conde don Gonzalo, que mató al rey don Sancho con veneno. El obispo llegó a Oviedo el jueves de la Cena de la Semana Santa, en tiempo que el rey tenía cortes a sus vasallos, consultando con ellos cómo se podría resistir a los moros, que ya comenzaban a destruir Castilla, y se temía que luego había de descargar aquella tempestad sobre el reino de León.

El rey le tenía previsto un infernal género de tormentos para el Obispo. Había mandando a sus monteros trajesen un toro bravísimo, y mandolo soltar contra el Obispo.

“Vínose el toro para el obispo tan manso, que le puso los cuernos en las manos para que los tomase, y dejándoseles en ellas, como si no les tuviera para más que aquello, volvió su ferocidad contra los que allí se hallaban, y matando algunos de ellos, sin tener ya sus armas, sino las que el poderío del cielo le daba, se volvió al soto de donde le habían traído”.

El obispo se volvió muy reposado a la iglesia con los cuernos en las manos y, poniéndolos en el altar mayor, maldijo a los tres siervos, que falsamente le acusaron.

milagro obispo ataulfoMilagro del Obispo Ataulfo

milagro obispo ataulfoCapitel del toro mancornado: milagro Obispo Ataulfo

La cornamenta del toro permaneció expuesta por muchos años en la catedral de Oviedo , y el hecho quedó recogida en un romance de la Crónica General de Alfonso X. En el siglo XIX, el Obispo Pisador de Oviedo, prohibió la devoción al Santo Ataulfo y su sarcófago estuvo cercado con reja para dificultar el culto .Actualmente se conserva este sarcófago en la iglesia de La Mata.