Christian Escribano se lució con el capote ante sus dos enemigos. Faena aceptable con el primero al que remató de cuatro estocadas haciendo bien la suerte, sonó un aviso, y acabó al cuarto intento de descabello. (Silencio). Con el cuarto, pese a su ánimo no hubo nada que hacer por la poca fuerza del novillo que dobló de dos pinchazos yéndose de la suerte, sonó un aviso y tras un pinchazo hondo acertó con el descabello el novillero de Getafe.  (Silencio).

Damián Castaño no pudo hacer nada con el segundo del festejo, que quedó resentido del castigo en varas y que acabó lesionándose de la mano izquierda, y el salmantino con buen criterio optó por abreviar.  (Silencio). El quinto, el mejor del encierro, convendría decir el menos malo, lo lanceó bien de capote y lo hizo bien en la faena de muleta mientras duró el astado. Lo despachó de pinchazo y estocada.  (Silencio).

No hemos visto hoy el buen son de otras ocasiones de Víctor Barrio, aunque el segoviano salió decidido a triunfar. Recibió al tercero en el centro del ruedo y la faena de muleta la inició con pases de rodillas y ya en pie ligó muletazos para acabar atacando con el brazo suelto cobrando dos pinchazos, estocada y media trasera y caída antes de terminar con el descabello.  (Saludo desde el tercio). En su afán de agradar recibió al sexto a puerta gayola. El novillo barbeó luego las tablas dejando ver su mansa condición. El segoviano hizo gala de un toreo que no es habitual en él, como citar de lejos y hacer el péndulo por la espalda, y otros muletazos sin relumbrón en una faena que debió de ser más corta por culpa de la mala condición del novillo. Mató de pinchazo y escuchó dos avisos antes de rematar con el descabello. Esperemos que este joven diestro de condiciones tan destacadas para el buen toreo vuelva pronto a deleitarnos con el concepto clásico de su toreo.