La novillada se volvió un improvisado mano a mano al resultar arrollado Manuel Larios al abrirse de capote ante el primero del festejo. Quedó inédito en su presentación en Las Ventas el diestro extremeño que pasó a la enfermería con rotura del hueso maxilar. El granadino Nicolás López “El Nico”, también nuevo en esta plaza, se las vio con el novillo agresor, que llegó al último tercio con embestida rebrincada. La faena tuvo algunos muletazos de buen trazo pero el novillero granadino la prolongó en exceso, mal endémico de la torería actual, por lo que escuchó un aviso antes de montar la espada. Escuchó palmas el espada después de acabar con su oponente de tres pinchazos y estocada baja y perpendicular que fue definitiva. “El Nico” se fue a la puerta de toriles a recibir con una larga cambiada al que hacía tercero. El novillo derribó en la primera vara para llegar probón a la muleta, tirando hachazos y quedándose rápidamente corto de arrancada. Tampoco anduvo certero el granadino a la hora de pasaportar y escuchó un nuevo recado del palco antes de acabar con la res. Silencio. Saludó con una larga cambiada al quinto de la noche, manso y quedado, y al que intentó sacar los pocos pases que ofrecía la media embestida antes despachar a su oponente de una entera atravesada y dos descabellos, echándose finalmente el novillo después de sonar un aviso. De nuevo, silenciada la labor del diestro andaluz.  El que cerraba plaza le permitió firmar algunos muletazos de buena factura, que sin embargo no llegaron a levantar un  trasteo que empañó la flojedad de remos del astado. Otra vez no anduvo fino “El Nico” con los aceros y después de tres pinchazos, tres descabellos, y un nuevo aviso, dio por concluida esta primera novillada del ciclo de nocturnas.

Miguel de Pablo vio como el segundo de la tarde volvía al corral por falta de fuerza. Antes lo había  saludado con aceptables verónicas. Se corrió turno y el hermano de camada padeció la misma endeblez, llegando a echarse durante la faena de muleta. Se quedó muy pronto corto de embestida y defendiéndose, propiciando una faena de trámite del novillero de Colmenar Viejo, que mató de una estocada baja y cinco descabellos. Con predisposición y con dos largas cambiadas recibió en el tercio al sobrero de Miranda y Moreno lidiado en cuarto lugar. Fue el único ejemplar que llegó a la muleta con embestida pronta y repetidora. Una embestida al que le costó acoplarse Miguel De Pablo, que cuando estaba pegando por el izquierdo los muletazos más templados y asentados de su actuación, resultó espectacularmente volteado. Visiblemente conmocionado, tuvo agallas para volver a la cara y terminar con el novillo, dando la vuelta al ruedo después de recibir un aviso. No pudo superar los efectos del volteretón y después de seguir con mareos acabó pasando a la enfermería.