Aún con la resaca del callejonero andino por las festividades de fin de año, lo de Los Santos Reyes, pensando en los dizque nuevos aires que soplarán en este país, lo que habrá que ver para creer, de cara a dos grandes ferias taurinas andinas venezolanas, la LIIª de San Sebastián en San Cristóbal, Estado Táchira en la semana final de enero y El Carnaval Taurino de América, XLVIIª Feria del Sol en Mérida, Estado Mérida para la semana inicial de febrero y con los dimes y diretes sobre el futuro que tiene la Fiesta Brava Venezolana, de pana, no coman cuento. 

Cierto. En estos momentos, medio mundo en lo que a la política venezolana se refiere, muchos andan pescando en río revuelto y pudieran no gustarle lo que vayan a pescar y por eso, con lo de nuestra Fiesta Brava, no se caigan a mentiras, no coman cuento.

En Venezuela mientras no haya unidad taurina, tristes y aburridos. Nada se logrará, a las pruebas me remito, ahí están a la vista, como cartas echadas sobre la mesa. De anteojito, en este país comprobado está, que taurinos, en tiempos de feria luego, el olvido, apatía, desgano, desaparecen por arte de magia, por lo que ahora, con lo de nuevos aires, pilas con promesas que no se cumplan, no coman cuento.

Claros estamos que las expectativas en este 2016 son muchas en lo que corresponde a lo taurino venezolano pero debemos centrarnos, de una vez por todas, en la unión taurina, por lograr que la Fiesta Brava sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial en Venezuela con base en la Convención de Salvaguarda de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO firmada en París, Francia, en el año 2003, el resto vendrá solito.

Por eso, sencillamente, sin que me quede nada por dentro, no coman cuento.

Imagen: José Mª Fresneda