Continuamos pulsando cada domingo del mes presente (julio) en Madrid, el valor torero de los novilleros actuales que representan el futuro de la fiesta de los toros. En esta ocasión, ante cinco novillos de la ganadería sevillana de Luis Algarra, encaste Domecq Díez, que acusaron genio en la embestida, la mayoría molestos en la muleta echando la cara arriba; y uno de la divisa sevillana de Yerbabuena, propiedad de Ortega Cano, que corto de arrancada se vino a menos.
Dieron réplica a estos astados, el portugués
En este tercer festejo de promoción de novilleros, ha quedado patente nuevamente el desastroso uso del estoque de los que aspiran a ser matadores de toros. Se esta consintiendo realizar la llamada suerte suprema de manera que se perfilan para entrar a matar, en vez de en el centro de la suerte, al hilo del pitón, o descaradamente fuera. Atacan con el brazo suelto yéndose de la suerte y sin jugar la muleta, que parece llevar una bayeta.
Así, pinchan ladeado o bajo, de pena, de escándalo, con respecto a los cánones de tan considerada y fundamental ejecución.
El aficionado debe adoptar una posición intransigente y de protesta ante esta actitud generalizada por los matadores de toros que imitan los novilleros.
Y respecto a lidiar, se exceden los novilleros en dar muletazos cuando el astado no es propicio para hacer faena, aunque lo hagan en un gesto de buena voluntad para justificarse. Lo torero, lo lidiador, es doblar por bajo al novillo y cuando está cuadrado, despacharlo con prontitud dando sensación de saber estar. De esta manera nos evitaríamos esos festejos de mas de dos horas de duración y dejarían buena impresión de saber hacer.
Fue lamentable el caso de Juan Ortega, lesionado en la pierna derecha, que apuntó buen estilo torero y de clase, para fallar con el estoque lamentablemente.
Esperamos a la cuarta novillada del ciclo para ver qué nos depara.
José
Decano de
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103