A muchas gentes se les pasa la vida sin lograr la madurez como individuos y, en el caso del diestro Michelito, con apenas dieciséis años, es todo un hombre desde la montera hasta las zapatillas. Conversé con él en estos días y confieso que he quedado cautivado por sus palabras. Tiempo hacía que un hombre no me mostraba su madurez como individuo y, en su caso, todavía tiene mucho más mérito porque estamos hablando de un muchachito imberbe que está empezando a vivir.

Dicen los que le han visto que su toreo se ha asentado; que apenas se parece aquel novillero que estaba condenado a arrebatar todas la tardes, al precio que fuere, pero tenía que pagar un alto tributo en la posición que se encontraba. Ahora, para su fortuna, todo ha cambiado; su toreo está logrando lo que entendemos como poso, un logro realmente relevante en su figura como diestro de alternativa.

Es cierto que, como torero, le queda mucho que decir; toda una vida tiene por delante puesto que su insultante juventud así nos lo presagia. Pero si puedo atestiguar que conversar con este hombre, en mi caso, ha sido toda una experiencia. Me encontré con un individuo justiciero cuyo norte no es otro que la verdad, la que pide y reclama desde todos los estamentos del toreo, la que promulga con sus acciones y la que suele mostrar todas las veces que se juega la vida como torero.

¿Qué más se le puede pedir a un hombre con dieciséis años que está empezando a vivir y ya es capaz de emocionarnos? Lo suyo es todo un logro. Para mayor dicha, ha venido a Europa y como los hechos demuestran, ha querido empezar por lo más difícil, asumir el reto de Francia que, como sabemos, taurinamente, mal que nos pese, en cuanto a organización y seriedad, nos han ganado la batalla a los españoles. Y en dicha jungla se ha adentrado Michelito con la ilusión de fortificar su personalidad, forjarse como torero y, sin duda, resplandecer como hombre.

Bien hallado seas en Europa, matador. Si como torero, con toda seguridad, emocionarás en Francia como lo hiciste en México, en calidad de individuo serás capaz de emocionar tanto como cuando te vistes de torero. Por sus hechos les conoceréis. Y por dicha razón he conocido y admirado a Michelito. Que tengas mucha suerte, que los toros te respeten que, lo demás lo pondrás tú de tu cosecha tan sincera como auténtica.