Discurriendo por la dureza propia de los tiempos, “Fiesta Española” nació bajo el prisma de la lucha por la libertad de expresión y de la iniciativa privada sin más sustento económico que el particular. Trató de cubrir una parcela desatendida y vacía, imposible de ocupar por los instalados que a la sazón se encontraban comodísimamente amarillentos y a la vez sobrecogidos -esto del sobre- de que plumas ilustres, aficionados de solera y los que aparecíamos en el sector plenos de ilusiones tanto periodísticas como taurinas y preñados de vergüenza torera, diésemos un paso adelante, sin otro capital que ser unos “muertos de hambre”.

Con este artículo, quiero rendir ese homenaje, merecidísimo a “Fiesta Española”, ya que el obligado no lo hace. No lo hace porque, hoy por hoy, se encuentra instalado, yo diría que instaladísimo, plusinstaladísimo. Tampoco lo hace Don Benjamín Bentura Remacha, padre, director y soporte económico de “Fiesta Española”. Animo D. Benjamín, fuimos los primeros en llamar a las cosas por su nombre, los primeros en hablar seriamente de toros, los primeros en comentar la verdad del TOREO. La iniciativa suya y suya y los dineros suyos y suyos, la utopía suya, de Barico (su señor padre), de Vicente Zabala, de los Bollaín, de M. Cruz, de J.J. Gordillo, Encarnita T. de Molina, Manuel Molés, de Uno del Cinco de Barcelona, de pocos más, muy pocos más y entre ellos yo, con mis veintidos añitos.

Nostalgia…? Sí, muchísima. Hoy no hubieran podido con nosotros, de hecho nunca pudieron, pese al transcurrir de casi cinco décadas. Se creó una escuela, se asentó en esa generación un enraizado  tan profundo como, o más que, el de los olivos de mi tierra. Gracias a “Fiesta Española” tuve oportunidad de leer al Duque de Pinohermoso, sobre Rejoneo claro está, independientemente de disfrutar más adelante de su amistad personal lo que me permitió valorar a través de su magisterio, lo de “las tres voluntades en el toreo”,  lo del “punto de partida” y tantas otras verdades en busca de acabar con lo del “caballito”. Gracias a “Fiesta Española” el aficionado de a pie conoció a los hermanos Bollaín, con su “belmontismo” acérrimo y razonado.

“Fiesta Española” cerró, plegó, quebró o como uds, quieran llamarlo, y todo… por mantener la “ética del no al sobre”. Ni éramos del sobre, ni de la publicidad encubierta. Sí abiertos a la ayuda, abiertos a la verdad y a la vez con respeto. Escribir bien de toros, no significa ser hombre de empresa. Algunos de los que no nos respetaban, sobre todo -adictos al sobre- los sobrecogedores, creían y estaban en lo cierto, de que  todo sería cuestión de tiempo.  Al respecto de los que también pensaron que podria ser cuestión de precio, se equivocaron. “Fiesta Española” no tenía precio, ni en el mundo habia con que pagarla.

“Fiesta Española”, desde su apertura estaba condenada irremisiblemente al cierre. Al cierre empresarial se entienda. Sus ideas, su vigencia, su criterio, su OPINION, permanecen, fruto de una escuela donde se forjaron los mejores.  Ahora, como por aquel entonces, les estorbamos a muchos; lo digo por los de los atriles malversos, las corporaciones municipales servíles, presidentes protagonistas, delegados encarados, técnicos permisivos, empresarios de pliegos “adictocurriculorum” -no se me quita el vicio de los palabros- ganaduros y ganaderos-hiladores de lo fino. Ustedes, si que son finos. Y más finos todavia las figuras que imponen vuestros productos. Todo converge en “las figuras”. Antes, salvo Camino, todos lidiaban todo. El Cordobés, por sí y por sus mentores acabó por imponer un sistema idéntico al de Tomás hoy en día, por lo que “Fiesta” lo mismo que señaló a aquellos, hubiera señalado a éste.

La Fiesta siempre tendrá un discurrir propio, no el que quieran dictarle gratuitamente, como es el caso del “hecho catalán” con sus 180.000 hijos de …San Luis, iba a decir “hijos de san luis”; por lo visto los demás no contamos. Lo que diría Manolo Cruz de esto! Desde Fiesta Española se exigía respeto al Toro. Ya las grandes figuras entre plácemes de los trincones, exigían los toros a lidiar, sus apoderados y los “trust” adquirían las camadas completas e imponían a los empresarios el cartel. Luego vendría lo de “fuera de tipo”… lo de “hechos cuesta arriba” (una de las grandes desgracias de la cabaña de bravo, por la pérdida del Tercio de Varas y la gran cantidad de gacho que esa orientación ha producido); que si la cabecita, que si con el pecho, que si con todo, que si el avión, que si se acuesta, que si “tobilleros”. Es de locura. Aquí, hay una “partia” de “chalaos” que nos quieren volver a todos locos -conmigo desde luego que no cuenten- para conseguir sus objetivos. “Fiesta” cerró y esto fué a más.

En este homenaje a “Fiesta Española”, pretendo coaligar a todo aquel que quiera sumarse a estas OPINIONES y a esta forma de ver LOS TOROS, OPINION Y TOROS, con Antolín Castro de primer espada, siempre desde el Respeto al Toro, al Torero y al Toreo. Vamos! Como si el próximo lunes estuviere de nuevo en los kioscos, aquella revista en “bajo gramaje” y “blanco y negro”. Este milagro sólo se puede producir, con el milagro de Internet. Mi saludo y mi felicitación a Don Benjamín Bentura Remacha, su creador. Animo que “Fiesta Española” aún sigue viva. “Vicentón” a que, desde arriba, me das la razón.