Con menos de media entrada se llevó a cabo la penúltima tarde de toros en la Plaza de Toros La Macarena. Pero lo interesante no es la entrada que se vio ayer sino el rotundo triunfo que obtuvieron los asistentes, toreros, empresa y definitivamente la ganadería. Querida afición de Medellín vuelvan a la plaza… no pueden seguirse perdiendo de tan buenas corridas en una plaza que les has respondido a Ustedes, queridos antioqueños, con unos excelentes carteles.

Un muy buen encierro de Santa Bárbara, propiedad del Capitán Barbero, fue el lidiado ayer en Medellín. Que alegría por un ganadero tan honesto, sencillo y disciplinado como Don Carlos Barbero; no es fácil criar toro de lidia, pero al Capitán Barbero le fueron recompensados ayer, tantos años de trabajo y lucha ardua. Cuatro de los seis ejemplares fueron buenos, los dos primeros no funcionaron, el tercero se dejó bastante y los tres últimos fueron espectaculares. Al sexto de la tarde que le correspondía a Rubén Pinar, se le perdonó la vida y ese ejemplar le regaló un triunfo a su dueño.

El español César Jiménez no tuvo tanta suerte en la tarde de toros de la capital antioqueña. Vio el odio y el amor de una afición muy conocedora del tema; en su primer ejemplar se encontró con un toro manso y complicado, pero también es verdad que no hubo voluntad de Jiménez pues tras un derrote que le propinó el astado; se desilusionó y no toreó más de dos tandas cuando decidió  pasaportar al toro y el público lo abroncó fuertemente. En segundo salió con una mentalidad totalmente diferente, estuvo muy artista y técnico, la suavidad también la vio la afición; quien lo ovacionó fuertemente.

Luis Bolívar se destacó en su segundo ejemplar, lidiando en quinto lugar en la tarde; fue un ejemplar bravo y con mucha calidad. El vallecaucano lidió de manera muy resuelta y supo identificar los momentos indicados para que el ejemplar funcionara hasta el final, cortó una oreja. En su primero la faena fue un poco acelerada y errores de tiempos pero sin embargo conectó de buena manera con los antioqueños.

Rubén Pinar demostró muchas ganas y compromiso en una plaza, que siempre ha creído en él. Tuvo muy buenas facultades al resolver las dificultades que le ofrecía el primero de su lote al cual le cortó la primera oreja del festejo. En el sexto se dejó llevar un poco por las emociones, era de esperarse su reacción pues tras tres tandas en redondo la plaza comenzó a pedir el indulto, faltó más lidia para un ejemplar que se hizo ver por sí solo la bravura; Rubén Pinar lo hizo bien pero acusó la corta experiencia de apenas cuatro meses de alternativa, cortó una oreja simbólica.

Reseña:

César Jiménez    Bronca y saludo desde el tercio

Luis Bolívar          Palmas y oreja

Rubén Pinar        Oreja y oreja

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero (Directora para América)