“El Señorito Loco”

 

No, no se refiere a Rodríguez I “El Embustero”, este no tiene suficiente categoría ni interés para dedicarle un artículo taurino.

 

– “Marcho a América para despedirme de los aficionados de Méjico y cumplir un contrato en Guatemala, es casi un viaje de turismo, me acompaña mi esposa. La temporada próxima termina mi carrera profesional en los ruedos de toda España. Me retiro”.

 

El día 19 de Febrero de 1.905, Luis Mazzantini torea en la ciudad de Guatemala, su mujer le espera en Méjico por tratarse de un viaje relámpago de un día. En el hotel dónde se aloja recibe un teletipo con la noticia del fallecimiento de la esposa. Sumido en una terrible angustia vuelve a la capital mejicana. Ante el cadáver, se corta la coleta, la estira y con ella hace una pulsera de cabello que ciñe a una de las muñecas de la difunta. Nunca volvió a torear el aristócrata de la coplilla:

 

Usté tiene lo primero

que necesita un torero;

corazón; siguiendo asiní;

no va usté a sé Mazzantini,

va a sé “don Luis primero”.

 

Luis era hijo de un italiano llamado, José Mazzantini Varsgucci, empleado en la línea en construcción del ferrocarril que va desde San Sebastián a Bilbao. Muy niño es llevado a Italia. Regresa con catorce años agregado a la servidumbre que acompaña la corte de Amadeo de Saboya en 1.875. Se gradúa de bachiller y se especializa en telegrafía para trabajar en la compañía de los Ferrocarriles Extremeños. Al poco es nombrado Jefe de Estación de Santa Olalla. Su espíritu emprendedor y ambicioso le obliga a buscar espacios más adecuados. Se une a una compañía de teatro itinerante. Entiende que no puede sobrevivir como actor y decide ser torero.

 

Pos su vehemente forma de expresar sus ideas, la soberbia para aceptar contradicciones, sus buenas maneras y cultura es apodado, “El Señorito Loco”. Al principio no era tomado en serio como torero, era lidiador mediocre aunque irreprochable su manera de matar a los toros. Como tantos otros de la época comienza actuando en mojigangas. Tres años de novillero y dos viajes a torear en Montevideo le llevan a presentarse en Sevilla el 13 de Abril de 1.884, el mismo día, Salvador Sánchez “Frascuelo” le otorga la alternativa con “Costurero”, de Adalid.

 

         El Globo.- “El catecúmeno Mazzantini ni toreó con frescura, valor ni fortuna. Le falta mucho para ser torero; pero tiene mucho adelantado para ser matador de toros. Se tira en corto, se perfila muy bien y vacía perfectamente”.

 

         El Toreo.- “Con la muleta deja bastante que desear, así como, en el manejo del capote. Cuando utilice una y otro como la espada será el primero de las figuras del toreo moderno”

 

         La Lidia.- “En resumen, Mazzantini se ha presentado como un maestro matador y no más que oficial torero”.

 

         El Burladero.- “Mazzantini, como estoqueador tiene andados los dos tercios del camino, con la muleta es inseguro pero muchos toreros quisieran terminar por donde Mazzantini empieza”.

 

Sin duda en la actualidad sería imprescindible en todas las ferias taurinas pero en aquel tiempo se cuestionó su alternativa por falta de técnica. En nuestra época se ha relegado la importancia de la suerte suprema y se premia bonitas faenas huérfanas de contenido y sin rematar con la espada. ¡Otro dislate taurino más!

 

El mismo años confirma en Madrid, el día 29 de Mayo. Rafael Molina “Lagartijo” es el padrino, con el toro “Morito” de Murube. Su vanidad va en aumento a la par que su inteligencia que le permite conocer hasta dónde puede llegar dentro de la profesión. Una tarde, en la feria de Bilbao, corrida de Saltillo y en suerte, un bravo toro para pasar el examen. Suspenso, no sabía que hacer con la fiera. Alterna con Rafael Guerra “Guerrita”, ya era don Luis, se acerca al cordobés y en vez de pedirle ayuda le halaga para que el ofrecimiento saliera del Califa:

 

         Oiga, Rafael, ¿quiere dejarme una muleta suya para ver si consigo torear a este toro como lo haría usted?.   

   

 El Guerra, con la franqueza y crudeza que le caracterizaba responde:

 

         Coja la muleta que quiera; pero “osté” no toreará como yo aunque se acueste con Lagartijo.

 

Luis Mazzantini fue torero por orgullo triunfador en todo lo que emprendía. Su tesón y fuerza intelectual le convirtieron en matador destacado en un mundo de monstruos del toreo.

 

Mazaantini nació en Elgóibar, (Guipúzcoa), el 10 de Octubre de 1.856. Retirado, los toros fueron su recuerdo escondido, su esposa la eterna obsesión. Fue nombrado Concejal y Diputado Provincial de Madrid; Gobernador Civil de Guadalajara y Ávila; Comisario Jefe de Policía de Madrid hasta 1.923 que llegó al poder el General Primo de Rivera.

 

 Falleció en la Capital de España el 24 de Abril de 1.926 a los 69 años de Edad.