En esta temporada de 2.012, que ha comenzado, veremos demasiadas sombras por falta de claridad en las explicaciones de una secta empresarial en crisis económica y desorientación imaginativa para afrontar un cambio exigente y complejo que no les dejará seguir amasando poder y dinero, sin corresponder lo más mínimo a los contribuyentes aficionados. La propuesta tiene como único objetivo «la rapiña» más brutal y descontrolada que haya sucedido en cualquier tiempo pasado. El cóctel se compone de ramplonería vascongada, avaricia charlega y despotismo gabacho, se mezcla bien y esperar la explosión por combinar productos incompatibles. Estos empresarios menesterosos se han presentado con barniz de novedad salvadora, pero son demasiados conocidos por sus actos y todos sabemos que son elementos peligrosos con la intención de lo más «palasaca». Nos han «colao» un pliego sin mejora alguna que beneficie al aficionado.

 

No resulta razonable un aumento sin concretar en el precio de los billetes con la que está cayendo. Al cajón la rebaja del millón de doña Aguirre. Nos quieren contentar con el camelo cultural. Todo es mera especulación publicitaria. Nos largan que hay que salvar el negocio aunque no se televisen las ferias. Difícil solución con tanto canalla a meter mano pero estos magos taurinos lo arreglaran por lo civil o lo criminal, no se van a dejar al pairo la tajada más sabrosa.

El premio es para los plumíferos trovadores. Están señalados y mimados por la comuna empresarial. Con estos botarates, si son complacientes, siempre que glosen su magnífica gestión. Para el público que aún paga por asistir a las corridas de toros, ni mú. El final justifica los medios, que es hacer caja rápidamente para tapar vergüenzas, cobrarse las propias deudas y salvar denuncias por pagarés sin fondos y para este fraude se ha contratado a dedo, sin dejar acercarse a empresarios honrados, capaces e imaginativos pero políticamente incorrectos.

 

La tele.- para conseguir los fondos necesarios para tapar los agujeros negros necesitan televisar todos los festejos. La madeja se lía cuando cada uno quiere comerse la mayor cantidad de entrañas. Los subalternos a lo suyo, mantener un protocolo, si puede ser al alza, firmado con los empresarios. He leído a un experto cronista que es el 21% del pago del canal televisivo, mentira. Estos no andan con porcentajes. Un canal autonómico, en una novillada picada, en plaza e tercera, paga 15.000 €. al empresario. La Unión de picadores, banderilleros y mozo, ingresan 7.500 €. El protocolo, en este apartado, no distingue categorías, lo mismo «achichona» Las Ventas que Valdemorillo, El pacto, subalternos Asociación empresarial es directo y a «leña» fija, nada de porcentajes. Esto ha sido así desde la prehistoria de los festejos en televisión y por supuesto quieren que siga igual. Los apoderados, «moscas», no están seguros de que seguirán llevándose la propina de televisión por el intrusismo de AMS. Los matadores estrella se hacen los «longuis» y dejan sus gestiones de imagen a buitres leonados, con la imposición de cobrar de la empresa contratante y del canal televisante. Los ganaderos no saben o no contestan, con vender alguna corrida … claro si hay limosna por derechos de tauroimagen, mucho mejor.

 

Ahora, la tapadera: ¿Que pasará cuando en ocasiones la empresa taurina es el apoderado, el ganadero y el socio del matador en la relación con la sociedad exclusivista en corridas televisadas?

 

¡Que se lo llevan por todos los registros! … ¿Y los toreros mortales, los ganaderos testarudos que quieren mantener sus toros íntegros y los aficionados pertinaces que siguen creyendo en los toros como caudal de cultura, tradición, liturgia y sentimiento de los pueblos de España? ¡Engañados! y cada vez con menos posibilidades de salir del pozo horadado por unos vividores insaciables. ¿Para esta maniobra recaudadora se ha prevaricado?

 

Actualmente tanto agraciado con pase de callejón ha obligado a construir una fila delante de la barrera, con tres simpáticos repartiendo prebendas ¿cuántas más serán necesarias? Necesitarán miles de entradas para sus compromisos que repartirán a toco y mocho en propio beneficio. ¿No saldrán abonos nuevos o expoliarán a los propietarios hasta cubrir sus necesidades? El cocido madrileño se está guisando a fuego rápido.

 

No nos convencerán mientras sean los mismos licántropos … aunque lleven un collar de flores como San Francisco. Para el público indefenso solo hay una verdad … ¡son lentejas!.

 

Que Dios nos asista.