En enero de 1908 Mariano Benlliure realiza un viaje a Lorca (Murcia), acompañado del escritor Darío Pérez,amigo y colaborador del periódico “El Imparcial”,con un triple objetivo: supervisar la colocación de la lápida encargada al escultor por la Condesa de San Julián para la cripta de la Iglesia del Monasterio de Nuestra Señora de las Huertas en Lorca, asistir por la tarde a una corrida deMachaquitoy, por la noche ir al Teatro Romea de Murcia a oír cantar a Lucrecia Arana.

En la corrida, lidiaban varios novillos algunos aficionados y en último lugar mataba un toro el gran espada, tan querido en Lorca donde pasaba largas temporadas, destinándose la recaudación al Hospital de la localidad.

Sabiendo que Mariano Benlliure y Dario Pérez tenían que partir pronto para Murcia, Machaquito ordenó la lidia de su toro en segundo lugar para que pudieran verla y alcanzar el tren a tiempo.

El diestro vistió traje oscuro, cazadora larga entallada, camisa blanca con un alfiler de brillantes en la corbata y zapatillas de faena, sin adornarse de luces.

La expectación era inmensa: ver matar a un toro al gran Machaco en pleno invierno y en el día de Reyes, y el torero no defraudó, después de banderillear limpiamente, dio una colosal estocada en la cruz.

Benlliure, como era su costumbre, fue a la plaza cargado con su cuaderno de apuntes, y realizó numerosos durante la faena de su buen amigo Machaco, en los que captó los momentos más brillantes de la faena, como refleja el apunte que se reproduce.

Dario Pérez escribió una crónica de la jornada que había compartido con Benlliure para El Imparcial, que cerraba con el comentario de un amigo: “Verdaderamente han echadoustedes el día de Reyes a majestades: por la mañana Benlliure, por la tarde Machaco y por la noche la Arana”.