La otra corrida anunciada en la preferia de San Isidro que comienza el próximo martes día 10, se corrieron toros de la ganadería de Hernández Pla y de San Martín con el mismo encaste, nada menos que de Santa Coloma, que a juzgar por los lidiados en esta ocasión por lo que han dejado ver, es igual que cuando se echa agua al vino. La terna que tuvo que soportar a estos astados de referencia estaba compuesta por espadas salmantinos Domingo López Chaves, Javier Castaño y Eduardo Gallo.

 

López Chaves se las vio con el primero, un toro soso que embestía sin humillar corto de arrancada. Cumplió en varas y la faena a base de medios pases y no hubo para más. En trando con el brazo suelto, la moda indecente que se impone ya en la suerte de matar con descaro y cargándose la llamada suerte suprema, dejó un bajonazo yéndose afuera. Al cuarto que se emplazó y se acostó dejando ver lo que ofrecía.

 

En varas echó la cara arriba desmontando al picador y derribándolo. En una segunda entrada pone en peligro nuevamente al varilarguero. Sin nada que recordar dobló de pinchazo y una estocada administrada con el brazo suelto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Javier Castaño se encontró con el segundo que humillaba en su entrada al capote. En varas se dejó pegar y quedó en arrancada corta hasta mostrarse parado, tuvo que decidir  despenarlo y con el brazo suelto recetó un pinchazo sin soltar, yéndose de la suerte. Se acostó el astado, al fin se levantó, tras otro pinchazo, lo descabelló. El quinto se dejó pegar en varas y se vino abajo despachándolo con prontitud.

 

Eduardo Gallo saludó al tercero con unos lances de buen estilo, lo puso ante el picador. Croneó el estribo y se repuchó. Lo muleteó muy   encimista al citarlo ahogando la embestida del toro y le ahogó la arrancada ya no fue posible más, al desengañarse el toro y con el brazo suelto cobró un metisaca y una estocada perdiendo la muleta en el embroque al no jugarla debidamente. El sexto derribó en varas y en banderillas no se deja clavar poniendo en un compromiso a los rehileteros, y llegó a la muleta revolvía pronto y agresivo hasta que decidió dejarlo para el arrastre de cuatro pinchazos, solar un aviso, un pinchazo y una corta con el brazo suelto.

 

Con mejor temperatura que la tarde anterior y el aforo igual, un cuarto de plaza y los mismos bostezos ante la infamia del encierro.

 

 

 

 

 

José Julio García Sánchez

Periodista y Escritor

Decano de la Crítica Taurina

Escalera del Éxito 103