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El Cid estuvo desdibujado en comparación con el buen son torero de otras tardes. Acabó con el primero de una estocada perpendicular, entrando con el brazo suelto. Al lidiado en cuarto lugar, lo dejó para el arrastre de cuatro pinchazos y estocada.

 

El Fandi se le ve suelto, pero sin clase en su toreo. Apela al pú­blico con la espectacularidad con que interpreta la suerte de bande­rillas, pero nada ortodoxo, pares con saltos y rápidos, carreras, clavados al hilo del pitón, o el par llamado del violín que procede del toreo cómico, que es tremendismo reiletero. Aunque arranque  grandes aplausos, y es lamentable, pues tiene facultades para hacerlo como mandan los cánones. Al segundo lo remató atacando con el brazo suelto de una estocada caída. Y al quinto de estocada.

 

El mejicano Arturo Saldivar dentro de la línea de citar fuera de cacho, con el pico de la muleta despachó al tercero de estocada, perdiendo la muleta en el embroque. Al sexto lo re­mató atacando con el brazo suelto, des pues de cuatro pinchazos, un pinchazo hondo y sonar un aviso.

En total nueve toros, en una corrida para olvidar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103