En la tarde de la festividad del Domingo de Resurrección la plaza presentó tres cuartos de entrada. Se lidiaron seis toros de la ganadería onubense de José Luis Pereda encaste Carlos Nuñez, Domecq Díez y Torrestrella bien presentados dieron juego desigual.

 

Antes de comenzar el festejo se guardó un minuto de silencio por cumplirse 50 años de la muerte del gran Juan Belmonte quien revolucionó el toreo marcando la ley de oro del mismo de parar, templar y mandar.

 

Víctor Barrio lidió el primero de nombre «Picador» marcado con el número 125, castaño, bragado y meano con 507 kilos de peso. Cumplió en varas y acudió a la muleta repetidas veces.

 

Faena ligada sobre ambas manos hasta que el toro comenzó a quedarse corto y le enganchó por la taleguilla manteniéndole  un rato y zarandeándole hasta que se desprendió de él. Por suerte no hubo nada que lamentar. Lo despachó de un pinchazo y una estocada caída. El sexto toro, segundo de su lote, se durmió en el peto y llegó a la muleta tardeando y empleandose poco en la embestida. Se quedaba corto y deslució todo intento de faena. Lo finiquitó de una estocada caída y un descabello.

 

Juan del Alamo del taurinísimo pueblo salmantino de Ciudad Rodrigo confirmó la alternativa con el segundo de nombre «Finito» marcado con el número 126 negro y con 522 kilos de peso.

 

Lo recibió bien, por verónicas y mansurroneó en varas. Corrió bien la mano jugando la muleta y obligándole porque se quedaba corto. Acabó de un pinchazo,un metisaca, tres pinchazos, una estocada tendida, sonó un aviso y remató de dos descabellos. El segundo de su lote corrido en cuarto lugar con regular pelea en varas embistió bien a la muleta y lo toreó con buen son a un toro entregado, alargó la faena de manera absurda y la restó relumbrón y acabó recetando una estocada contraria.

 

El Fundi con el tercero que corneó el estribo en varas y llegó descompuesto al tercio de banderillas, con la muleta realizó un toreo con hondura, maestría y mando. Logró series de naturales rematadas con el de pecho. Series muy toreras con el toro entregado. Al rematar de una estocada sin puntilla fue premiado con oreja.

 

Al quinto que empujó con los riñones en la pelea con el caballo y el picador le tapó la salida castigándolo a mansalva. Llegó a la muleta con media arrancada y rajado y echando la cara arriba, así no había posibilidad de hacer nada. Lo mató de un pinchazo, de una estocada que escupió y una corta sonando un aviso cuando doblaba el burel.

 

Tras dos horas y media de festejo abandonamos la plaza hasta el domingo que viene en el que se lidiaran seis novillos de Juan Antonio Ruíz Román para Alberto Durán, Raúl Rivera y Conchi Ríos.

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103