Finalizada la feria de san Isidro se esperaba como acontecimiento de la temporada la corrida de Beneficencia que significa un acontecimiento dentro del año taurino. Si exceptuamos el lleno y los asistentes reales y representativos de la Comunidad de Madrid no cabe nada por destacar.

Se han lidiado cuatro toros de Valdefresno (2º,3º,4º y 5º) y dos de Victoriano del Río (1º y 6º). Juego desigual en algunos toros con poca casta y fuerza, no hubo acoplamiento entre toreros y toros.

Juan José Padilla recibió con una gran ovación que recogió desde el tercio por su reaparición en Madrid después de su gravísima cogida en Zaragoza, que le costó el ojo izquierdo. Morante de la Puebla y Sebastián Castella completaron el cartel sin nada importante que resaltar.

El primero de Victoriano del Río fue un toro noble, cumplió en varas y flojeó de manos. Padilla lo saludó con el capote y después realizó un buen quite, gustó en banderillas sobretodo en un par al quiebro. La faena bajó de tono y la remató de pinchazo con el brazo suelto, estocada perpendicular, aviso y dobló el astado. El cuarto de Valdefresno realizó una buena pelea en varas con codicia. Embestía largo y los pases también resultaron largos. Se mostró valiente en más muletazos, cayó en la cara del toro y la nobleza del astado, por suerte, no hizo por él. Realizado el quite ya no hubo nada que hacer, sonó un aviso y cobró un pinchazo, una estocada corta y una estocada, sonó otro aviso y acabó con el descabello.

 

 

Morante de la Puebla al que la gente espera por sus detalles de buen toreros lidió al segundo de Valdefresno que cumplió en varas y no mostró casta. Brindó al Palco Real que presidía el Príncipe de Asturias, como hizo Padilla con el primer toro. El toro corta la embestida y el de La Puebla sin perder el sitio se dobla con el astado y lo machetea. El toro quedaba cada vez más corto de embestida. Decide acabar y emplea un pinchazo yéndose de la suerte, repite y deja una estocada corta perpendicular. Escuchó pitos. El quinto también de Valdefresno resultó un intento de faena, montó la espada y sumó cuatro pinchazos, sonó un aviso y clavó media estocada caída y el toro se echó. Pitos.

Sebastián Castella se las vio con el tercero que flojeó de remos y tenía poca casta, en varas dejó ver su falta de fuerza. Con la muleta pegó pases y más pases sin llegar al público. Dejó media estocada con el brazo suelto, sonó un aviso y dejó una estocada trasera rematando con el descabello. El sexto de Victoriano del Río se iba suelto, bien picado y banderilleado por José Chacón que fue aplaudido. Castella brindó al público y parecía que nos prometía faena. Pases ligados por la derecha y por la izquierda en tandas no muy acopladas. El toro se iba suelto y flojeaba de remos, con la falta de casta no había nada que hacer, pases y más pases, media estocada, aviso y una estocada trasera seguida del descabello pusieron fin a la faena y al festejo. 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

 Escalera del Éxito 103